El museo del “Rey del Estaño” de Bolivia, Simón I. Patiño - Oruro, Bolivia

Tiwy.com, Rem Sapozhnikov

Febrero 2008

El Palacio de Simón I. Patiño, que amasó su fortuna con la extracción de estaño, es, por supuesto, la perla museable de Oruro. En realidad, el llamado “Rey del Estaño” no llegó a habitar el palacio. Debido a problemas de política interna, él, junto a su familia, abandonó Bolivia y viajó a la lejana Alemania.

El palacio fue erigido por arquitectos franceses, de ahí que todo en el museo esté impregnado de espíritu francés: el mobiliario, los cuadros, los objetos de adorno, el diseño. Para las realidades bolivianas de finales del siglo XIX y comienzos del XX, el Palacio de Patiño era de un lujo inaudito y, sin dudas, provocaba la envidia de los contemporáneos que tenían alguna importancia en las “estructuras de poder” de Bolivia. De modo que la situación no era nada fácil para el “oligarca del estaño”: debía mantener sus oídos aguzados para que no lo fueran a “desnudar” y a poner tras las rejas con fines preventivos.

A los visitantes del museo les resulta interesante no tanto la historia de los objetos en exposición como la atmósfera del palacio, su caracterización emocional. La sensación de que los dueños están al lado no nos abandona y por ello prestas una atención especial a los objetos de la vida diaria de la familia, a los efectos personales del oligarca y de sus allegados. La mano de la ama de casa, Albina Rodríguez, se hace sentir en todo. Era muy entendida en materia de confort, por lo que el palacio estaba equipado con todas las maravillas de la técnica de aquellos tiempos. Esto se nota particularmente en la cocina, a pesar de que la llamada “línea blanca” aún no existía por aquel entonces.

El orgullo de la casa museo lo constituyen un secreter confeccionado en cedro antiguo, mármol y nácar; el violonchelo obra de Stradivarius y el “orquestón”: centro musical de dimensiones gigantescas. De estos “orquestones”, que por la complejidad de su composición nos recuerdan más bien una nave interplanetaria, en Francia sólo se fabricaron ¡tres ejemplares! Y todos por encargo de oligarcas y millonarios. Los oligarcas y millonarios se arruinaron y como monumento a su memoria se conservó este “armario musical”.

Por asociacion de ideas me vino a la mente que como monumento de nuestros oligarcas quedaran los fabulosos yates que seran vendidos en pago de deudas a clientes occidentales…