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Yo, comunista

Por: Los abajo firmantes//Aporrea.org
5 de Enero de 2010
Hoy es un lugar común el debate por la recomposición de la izquierda a
escala global. Cuando nos aprestamos a esta tarea, especialmente en el Estado español pero no sólo en él, desde distintas ópticas se pone en duda el papel que podemos jugar los comunistas. Con ocasión del
Congreso del PCE se desató una clara ofensiva anticomunista, de la que el grupo Prisa fue adalid, escandalizándose de que existan jóvenes
comunistas . En pleno siglo XXI, cuando la humanidad se enfrenta a una
crisis global, lo que debería extrañar no es que una joven de 26 años
que vive de su trabajo crea en el comunismo, lo que debería
escandalizarnos es que haya gente adulta que defienda el mundo tal y
como es hoy.

¿Qué cómo es hoy el mundo? Basta mirar las primeras páginas de la
prensa y ver como el que pomposamente fue llamado "nuevo orden
mundial", deja un rastro de desastres, de inestabilidad, de violaciones
masivas de los derechos humanos: Irak, Afganistán, el muro de la
vergüenza en Palestina, África destrozada por el hambre y el
sida: ¿dónde está el progreso? ¿Acaso en esta economía que ha
esquilmado ya los recursos sobre los que se basa no sólo la vida humana sino toda la vida del planeta, que produce el comercio de seres
humanos, la explotación y la prostitución infantil...y todo ello para
que un pequeño puñado viva en la abundancia?

Ese es el único sentido de tantas guerras, tanta hambre y tantas
muertes: mantener los privilegios de una parte ínfima de ricos. Porque,
no lo olvidemos, cuando nacieron las ideas emancipadoras de los
primeros comunistas se fundamentaron en la existencia de una clase
obrera explotada, fundamentalmente en Europa. Hoy esa clase obrera es mucho más numerosa que en el siglo XIX porque más que nunca vivimos en un mundo sin fronteras para la explotación económica, con la libre circulación del capital para enriquecerse a costa del proletariado más numeroso que jamás haya existido.

Creo que no es escándalo, sino miedo lo que sienten ante el futuro.
Creo que al escuchar que las ideas que han defendido los comunistas a lo largo de la historia siguen vivas provoca miedo a quienes sí tienen
algo que perder en un mundo socialista. Pero, pensadlo un momento,
mirad más allá de las fronteras de vuestro barrio lujoso, la realidad
del mundo hoy, tomado en su conjunto, es la misma que cuando Marx y
Engels dijeron "No tienen nada que perder salvo sus cadenas y todo un
mundo que ganar" Y esto sí es el comunismo. Éste representa una meta, una sociedad en la que la propiedad de la riqueza que generamos con nuestro trabajo sea propiedad de quienes la crean y no quede en manos de un pequeño puñado de parásitos que limita nuestras vidas y organiza guerras a su antojo.

Es cierto que las experiencias que han tratado de liberar a la
humanidad han tenido siempre sus lados positivos y sus lados negativos pero no seré yo quien rechace el avance que supuso la Revolución Francesa para el progreso de la humanidad, a pesar de todos sus errores. No seré yo quien rechace el avance que supuso la contienda que abolió la esclavitud en Norteamérica, a pesar del horror de la guerra.

La historia no se desarrolla como en los cuentos infantiles. La
historia es violenta, es cruda, pero puede desarrollarse para favorecer
los intereses de una minoría o para avanzar en las conquistas de la
inmensa mayoría de la sociedad. Los comunistas siempre estaremos del lado de los avances en la justicia y en la igualdad a pesar de toda su humana imperfección. Ni somos diletantes intelectuales que critican
todo y no hacen nada ni vamos a tirar por el desagüe al niño al arrojar
el agua sucia del baño.

¿Qué significa hoy ese compromiso comunista? El comunismo, podríamos decir también socialismo, no sólo es un objetivo de sociedad es, fundamentalmente, el programa para conseguir alcanzar esa sociedad.

Se nos tacha a menudo de utópicos, en el sentido despectivo de la palabra, es decir, pretender algo que no es viable. Lo realmente utópico y reaccionario es pensar que la sociedad actual puede garantizar la supervivencia de la Humanidad, tanto en lo inmediato como en lo futuro.

Los jóvenes en esta sociedad podemos aspirar a contratos temporales,
como el mío (de cinco meses de duración con salario de mil euros) a
cargo no de IU, sino del CJE (Consejo de la Juventud), accediendo a
viviendas indignas y ultracompartidas o a una hipoteca de por vida; y,
por supuesto, si te atreves a decir lo que otros no se atreven,
aspiramos a ser los cabezas de turco del pensamiento único. Y digo, en
el mejor de los casos, porque ni siquiera a eso pueden aspirar la
mayoría de los jóvenes de la superficie del planeta. ¿Y a largo plazo?
Porque claro, si estos sacrificios sirvieran para garantizar el futuro
de la humanidad, aún podrían justificarse, pero salvo para quienes
siguen pensando que el ser humano surge de un acto divino, todo indica que la evolución de la humanidad es implacable e imparable bajo este sistema capitalista, hacia la destrucción del medio.

¡Qué escándalo! ante esta situación los comunistas proponemos expropiar a unos pocos para satisfacer las necesidades del conjunto de la humanidad. Lo que debería ser un escándalo es lo contrario, porque hoy la mayoría de la población mundial ha sido expropiada. Y, en muchos casos, literalmente, arrojada de sus viviendas, despedida de sus puestos de trabajo, expulsada de sus tierras, abocada a lanzarse al mar jugándose la vida para llegar a las playas europeas para encontrarse a los Berlusconis.

¡Errores! Claro, que se han cometido errores. Errores en la URSS, en
Cuba, en Nicaragua... pero el mayor error es permanecer impasible. El
mayor error era dejar pasar las tropas fascistas en Madrid, el mayor
error era dejar avanzar a Hitler por Europa, el mayor error era el
gobierno colaboracionista de Vichy. Los comunistas estuvimos allí, en
cada caso, en primera línea.

En definitiva, el error que nunca cometeremos será ser cómplices de la
miseria y la explotación. Y claro que aprendemos de los errores del
pasado, considerándolos nuestros, porque tenemos un sentido colectivo de la historia, y la mayor lección debe ser que la economía planificada de propiedad social ha demostrado ya que es el único camino para liberarnos de la esclavitud económica, pero, también que no basta sólo con eso, sino que al eliminar el mercado como medio brutal de regulación de la economía, resulta imprescindible el control
democrático de la vida política económica y administrativa de la
sociedad. Las palabras de Rosa Luxemburgo, fundadora del Partido
Comunista Alemán, y asesinada por la socialdemocracia, expresan con
rotundidad esta idea:

"…Siempre hemos distinguido el contenido social de la forma política de la democracia burguesa, siempre supimos ver la semilla amarga de la desigualdad y de la sujeción social que se oculta dentro de la dulce
cáscara de la igualdad y la libertad formales, no para rechazarlas,
sino para incitar a la clase obrera a no limitarse a la envoltura, a
conquistar antes el poder político para llenarlo con un nuevo contenido
social. La misión histórica del proletariado, una vez llegado al poder,
es crear, en lugar de una democracia burguesa, una democracia
socialista y no abolir toda democracia".

Y, que a nadie le quepan dudas, sí que somos persistentes. El optimismo histórico es un rasgo del marxismo porque sabemos que los oprimidos del mundo siempre se levantan de nuevo a pesar de las derrotas, como Anteo hijo de la tierra, toman de nuevo fuerza de sus caídas, y la crisis
global que vive el capitalismo alumbrará un nuevo y vigoroso movimiento de la clase trabajadora luchando por alcanzar el socialismo.

Yo, comunista, nosotros, comunistas, siempre estaremos entre los que se levantan contra la miseria para conseguir una sociedad en que la propiedad sea común y el Estado deje de ser el instrumento de opresión de una clase social sobre otra y se convierta en la simple
administración de las cosas.

Eso es ser comunista.


Firman este artículo, además: Alberto Arregui (integrante de la
Presidencia Federal de IU), Víctor Domínguez (miembro del Comité
Federal del PCE y del Consejo Político Federal de IU), Henar Moreno
(Coordinadora de IU-La Rioja y del Comité Federal del PCE) y Federico
Sabater (Responsable de Organización comarcal del PCPV del Alacantí).
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