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El club Bilderberg conspira en América Latina

Nil Nikándrov - http://es.fondsk.ru
3 de Junio de 2010
El club Bilderberg conspira en América Latina
David Rockefeller, un multimillonario y masón, uno de los fundadores del club Bilderberg, siempre ha seguido atentamente los procesos revolucionarios en América Latina, "inspirados por la Unión Soviética". Reconocía en su entorno cercano, que a pesar de todo "había cometido un serio error", al subestimar "la amenaza" por parte de Fidel Castro y sus "cómplices comunistas".

Como resultado, Batista se vio obligado a fugarse de la isla. Hasta el final de su vida el ex dictador acusaba a Estados Unidos de su derrota, ya que le fueron negados suministros adicionales de armamentos, el financiamiento y el apoyo propagandístico. Rockefeller, al igual que muchas personalidades influyentes en EEUU, consideraba, que Castro no se diferencia en nada de los anteriores demagogos-politicastros cubanos, con él se va a poder "ponerse de acuerdo".

Junto con el hermano Nelson, quien también era "bilderbergista", un experto reconocido en los asuntos latinoamericanos, David hacía mucho, para corregir el error fatal. Durante el pleno apogeo de "la guerra fría" se usaban métodos más variados, desde las provocaciones armadas hasta la organización del bloqueo económico en contra del "régimen de Castro". En reiteradas ocasiones en el transcurso de las conferencias secretas anuales del club Bilderberg se discutían tareas consiguientes del estrangulamiento económico-comercial de Cuba, la liquidación del régimen socialista y la organización de un proceso judicial ejemplar contra las principales figuras en el gobierno cubano.

Pasó casi medio siglo después de la aprobación de aquellas primeras resoluciones, que orientaban a los miembros del secreto gobierno mundial a la lucha hasta la victoria contra "La Habana roja". Y hasta ahora el club Bilderberg está llevando a cabo esta política indoblegable. Como consecuencia, en las relaciones norteamericano-cubanas se observa una falta de signos de cualquier "recargue", y lo que es característico, por la culpa de Washington, que no ha rechazado la práctica de promover demandas ultimativas. ¿Cuál es el quid del asunto? Ya que de Obama esperaban un cambio de aquel rumbo fracasado en América Latina, al que se mantenía G. Bush Junior.

La explicación yace sobre la superficie. La administración de Obama se formó con el apoyo a los cuadros de los bilderbergistas. Precisamente ellos tenían que asegurar la sucesión del rumbo geoestratégico, trazado y fijado durante los años del gobierno de los neoconservadores. Como el jefe del aparato de la Casa blanca se hizo Rahm Emanuel, al que en Israel lo consideraban siempre una persona, sincera en sus convencimientos sionistas, y un seguro aliado de Tal Aviv en la élite política de EEUU. A los bilderbergistas pertenecen la Secretaria de Estado Hillary Clinton, el vicepresidente Joseph Baiden, el ministro de defensa Robert Gates, el ministro de finanzas Timothy Geithner, el ministro de comercio Bill Richardson, el ministro de salud Tom Dashle y otros. Las estructuras gubernamentales de EEUU están sobresaturadas por los cuadros, para los que el ansia de ayuda de tal o cual manera a la patria histórica Israel, en muchas ocasiones domina el juramento de fidelidad a Estados Unidos. Una cantidad especialmente enorme de empleados con las raíces judías trabajan en la CIA, la NSA, la DEA y una serie de otros servicios norteamericanos. "Nos hemos convertido en un apéndice operativo del Mossad", se lamentan frecuentemente (con precaución) los empleados ordinarios de la CIA con la impecable genealogía anglosajona.

El factor sionista influye seriamente a la formación y el recrudecimiento de la política de Washington respecto a "los gobiernos populistas" en América Latina. Los presidentes Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega condenan decisivamente el genocidio israelí respecto al pueblo de Palestina, el uso de las fuerzas armadas en el Líbano, así como los planes de la "operación preventiva" norteamericano-israelí en contra de Irán. En los pasillos del grupo Bilderberg se han discutido más de una vez las variantes de la "neutralización" de Chávez como uno de los políticos del Tercer mundo más peligrosos, quien resiste a los planes de la creación del "nuevo orden mundial".

La contraofensiva a la República Bolivariana de Venezuela se está organizando por el frente amplio. En México, Panamá, Costa Rica, Perú, Chile llegaron al poder los políticos de la derecha. "Los socialistas" en El Salvador, Paraguay, Uruguay se están distanciando de los "populistas" de una manera más notoria bajo la presión de Washington. La primera etapa de las elecciones presidenciales en Colombia mostró, que el candidato moderado Antanas Mockus puede perder en la segunda ronda (en junio) al político de la ultraderecha, ex ministro de defensa, Manuel Santos, quien ha sido criado y a quien apostaron las fuerzas reaccionarias en EEUU e Israel.

Precisamente Santos es aquella figura de la resistencia "eficaz" contra Chávez, que será usada para desestabilizar y derrocar "el régimen" en Venezuela, incluso por la vía armada. Santos declaró, que "no se arrepiente" de ordenar el ataque contra el campamento guerrillero en el territorio de Ecuador, y que en "circunstancias determinadas" no vacilará, si va a tener que adoptar la misma decisión. La insinuación es transparente: Washington y Bogotá han acusado más de una vez a Venezuela de "conceder refugio" a los guerrilleros de las FARC y el ELN. Chávez comentó así las palabras de Santos: "En caso de su elección la amenaza de una guerra en el continente se acercará".

Obama va a cumplir obedientemente las recomendaciones del grupo Bilderberg. En el reciente encuentro con el presidente de México, Felipe Calderón, Obama declaró: "No estamos divididos por nuestras fronteras". Esta frase fue percibida por los "consagrados" como un recordatorio de la principal tarea geopolítica, planteada por el club Bilderberg para los países del hemisferio Occidental - la liquidación de las fronteras nacionales y la creación de la Unión Americana, la que en la primera etapa tienen que formar parte EEUU, Canadá y México. En los planes posteriores están la inclusión por etapas a la Unión de los países de América Central y Colombia, país al que los planificadores bilderbergistas prepararon el papel del caballo de Troya para introducir conflictos y discrepancias en el proyecto integracionista sudamericano.

Una tarea análoga en el sur del continente, según la idea de los bilderbergistas estadounidenses, tienen que resolver los oligarcas chilenos. Precisamente por esta razón David Rockefeller, a pesar de su edad provecta, visitó a los Edwards, una de las familias más influyentes de Chile (con las raíces anglosajonas y la historia centenaria de una colaboración confidencial con Inglaterra y Estados Unidos) en su hacienda en la isla del Ranco. "El club de Bilderberg crea su filial en Chile", así comentaron los objetivos de la visita de Rockefeller, en la Principal Logia masónica del país.

El club de los oligarcas chilenos lo forman parte miembros de la familia del difunto Andrónico Luksic, el clan de Iris Fontbona, la familia de Eliodoro Matte y otros. "Dueños de Chile", así llamó la revista "Qué pasa" a 100 chilenos más ricos e influyentes. Casi todos ellos hicieron su fortuna durante el período de la dictadura de Pinochet. Dentro de ellos figura también el actual presidente, el millonario Sebastián Piñera. Por su agarro rapaz en los negocios y la política lo llaman frecuentemente "Piraña", y esta característica es bien conocida a sus adversarios ideológicos en América Latina. "Piraña" está buscando de una manera más insistente conflictos con los líderes populistas, cumpliendo los planteamientos del club Bilderberg y cooperándose con las élites pronorteamericanas en la región.

Otro blanco de la derecha en el continente es "el gobierno indígena" en Bolivia. De acuerdo a los planteamientos teoréticos de los bilderbergistas, Evo Morales "no tiene derecho" en absoluto al poder, porque representa a "los pueblos condenados" históricamente, sometidos a "la reducción" con el objetivo de limpiar el espacio vital para "el mil millones de oro". Los indígenas no se prevén hasta en calidad de un pueblo de servidumbre. En esta calidad los bilderbergistas prefieren ver a los asiáticos "dirigibles", los japoneses y los chinos, pero en una cantidad reducida, no más de 500 millones de seres.

Ya ahora es evidente, que el grupo Bilderberg comenzó la realización del "proyecto Bolivia", usando para eso a los separatistas de aquellos departamentos, donde predomina la población blanca "civilizada". Los bilderbergistas consideran oportuno la aplicación práctica del maltusianismo radical para reducir "las bocas sobrantes" en el planeta, y los pueblos nativos de Bolivia, los aimara y los quechua, se refieren según los planes del "gobierno mundial" de sombra, precisamente a esta categoría.

Los expertos, que se ocupan de la temática bilderbergista, señalan que no todas las tareas y la sucesión de las acciones de etapas para establecer el control directo global del planeta se presentan al conocimiento de los participantes invitados de las conferencias anuales. La estrategia del dominio del poder es el patrimonio exclusivo de la estructura dirigente superior del club Bilderberg. El número de los "consagrados" no supera 30 personas, dentro de ellos figuran jerarcas masónicos, bancarios, presidentes de distintas ramas del Complejo Industrial Militar, varios generales, ex y actuales directores de servicios secretos, dueños de canales televisivos. En el entorno tan seguro se puede hablar libremente sobre lo más "inconcebible". Dentro de los temas a discutir son la preparación de ataques coheteriles nucleares a los países "desobedientes" y el desmembramiento de los estados, que obstaculizan la realización de los proyectos globalistas, incluso referentes a la ocupación de yacimientos de petróleo y gas. Más de una vez se discutían variantes del uso premeditado del hambre y pandemias escrupulosamente planificadas para la lucha contra "la superpoblación", la liquidación física de los presidente-"populistas", la realización de programas "del caos dirigido y el terror" para "disciplinar" las masas populares en los territorios subordinados, incluyendo Europa y Estados Unidos.

Los operadores dirigentes del club Bilderberg, sin perder de la vista el nudo de los problemas iraní, están prestando más y más atención a la tares de "poner el orden" en América Latina. Ha sido desplegada una red de bases terrestres y marítimas de EEUU en la región. Se están efectuando regularmente entrenamientos en las condiciones, acercadas a las combativas. Alcanzó su pique la elaboración informativo-propagandística de los latinoamericanos, a los que intimidan por "la dictadura de Chávez" y supuestamente existentes planes de la expansión del "régimen". Con mayor frecuencia se está lanzando la tesis sobre que Chávez está dispuesto a resolver sus problemas con Colombia por vía armada. Luego suena otra tesis - en este caso Estados Unidos ayudará obligatoriamente a su aliado estratégico.

Recientemente el periodista venezolano bien informado, José Vicente Rangel, quien era el vicepresidente de Chávez, avisó: por los enemigos de Venezuela se está preparando una provocación, ocupación armada de la embajada de EEUU en Caracas, para acusar de eso al gobierno bolivariano. Cualquier acción de tal género dará pretexto para una intervención directa de EEUU en los asuntos venezolanos. Pero cuando esto ocurra, no serán la casa Blanca, el Departamento de Estado o el Pentágono, donde se van a aprobar las decisiones. La última palabra siempre pertenece al grupo Bilderberg.
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