Intelectuales chilenos dividen opiniones en torno a juicio de Pinochet

30 de Noviembre de 2005
Mientras que algunos intelectuales chilenos celebran que el ex dictador Augusto Pinochet enfrente la justicia por las atrocidades que se le imputan, para otros este proceso no es el episodio final en la historia de quien gobernó Chile desde 1974 hasta 1990.

Este sábado, Pinochet cumple dos días de arresto domiciliario debido a que es la figura central de dos procesos paralelos: uno por la muerte de 119 opositores políticos en la Operación Colombo en 1974 y el otro por enriquecimiento ilícito, evasión de impuestos, falsificación de pasaportes, entre otros delitos, en la denominada causa Riggs.

Consultado por el diario La Nación, el cineasta Andrés Wood agradeció a Dios que Pinochet pase a la historia como debe ser: “Como un asesino, como un ladrón y como un gran cobarde", divulgó Prensa Latina.

Por su parte, la poetisa Pía Barros considera que el ex militar será recordado como un asesino y como un ladrón de poca monta.

A juicio del actor y director Nissim Sharif, Pinochet es simplemente una tremenda pesadilla para Chile, mientras que para el sociólogo Manuel Antonio Garretón, el ex gobernante fue el más sanguinario y corrupto de América Latina, sólo comparable con Hitler y Mussolini.

Sin embargo, las opiniones en torno a este tema son diversas. Es el caso del historiador Alfredo Jocelyn Holt, quien aseguró que falta mucha tinta para escribir la historia de Pinochet, por lo que advierte que todavía no es hora de poner una lápida.

El intelectual comenta: "Los juicios se van a eternizar. Pinochet va a morir pero no va a ser nunca condenado".

Según Prensa Latina, hasta 1998, cuando entregó la jefatura del Ejército después de dejar el trono en 1990 con su poder intacto, Pinochet se sentía aún el salvador de la patria, gestor de un régimen fundacional y merecedor de un retiro glorioso.

Fue su detención en Londres, a pedido del juez español Baltazar Garzón, lo que marcó el inicio del largo proceso de deterioro que enfrenta hoy.

Numerosos procesos a partir de ahí fueron abiertos en los tribunales por crímenes como la Caravana de la Muerte, la Operación Cóndor, el caso Prats y Villa Grimaldi, pero todos se estrellaron contra una política de impunidad que ensombrece el poder político en Chile.

(Agencia Bolivariana de Noticias)
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