Piloto de Pinochet confiesa haber lanzado opositores al mar

17 de Julio de 2006
Un hombre al que Augusto Pinochet siempre le confió su vida fue quien rompió el silencio en el proceso por la desaparición de los cinco militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), ocurrido en 1987.

Apodado el “Chino Campos” por sus camaradas en el Comando de Aviación del Ejército -y uno de los pilotos de confianza del ex dictador- contó hace algunas semanas al magistrado cómo en septiembre de 1987, su jefe, el coronel Mario Navarrete, le ordenó usar uno de los helicópteros institucionales para viajar junto a un subalterno hasta la zona de Peldehue a buscar unos paquetes.

Estos últimos eran nada menos que los cuerpos de los frentistas Gonzalo Fuenzalida Navarrete, Julio Muñoz Otárola, José Peña Maltés, Alejandro Pinochet Arenas y Manuel Sepúlveda Sánchez, quienes habían sido detenidos días antes por agentes de la desaparecida Central Nacional de Informaciones (CNI).

La CNI pretendía canjearlos por el coronel Carlos Carreño, cuyo secuestro en 1987 causó revuelo en Chile y al que sus captores liberaron después de tres meses de cautiverio en Sao Paulo.

Pero Pinochet, bajo la premisa de que el régimen no negociaba con terroristas, se dispuso la eliminación a los detenidos.

Ellos, según estableció la investigación judicial, fueron asesinados con una inyección letal por un enfermero de la CNI apodado "El Quincy", quien se suicidó hace tres años.

El "chino Campos" dijo que lanzó los cadáveres en alta mar frente al puerto de San Antonio, situado a unos 110 kilómetros al suroeste de Santiago.
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