Ex-Monseñor paraguayo hace temblar el poder del Partido Colorado

5 de Febrero de 2007
Tras casi 60 años de hegemonía en Paraguay, el Partido Colorado enfrenta uno de los momentos más cruciales de su estancia en el poder. Las elecciones generales de 2008 y la aparición en la escena política del ex monseñor Fernando Lugo están haciendo tambalear el piso que, en democracia y dictadura, hasta ahora había sido sólido para los colorados.

Los colorados apoyaron el golpe de Estado de 1954, que derrocó al entonces presidente Federico Chaves y llevaría al poder, por 34 años, al dictador Alfredo Stroessner, quien en 1989, bajo la misma forma, fue sucedido por el general Andrés Rodríguez, su consuegro. El actual mandatario, Nicanor Duarte Frutos, pertenece al Partido Colorado y su presidencia comenzó en agosto de 2003 y finalizará en 2008.

Fernando Lugo, tal y como se define él mismo en una entrevista concedida al matutino ABC Color de Paraguay, se considera un hombre con mucha sensibilidad social. «Si hay algo que me molesta es la injusticia, sobre todo la injusticia social».
Lugo, de acuerdo con analistas y con los medios de comunicación paraguayos, se ha convertido en todo un fenómeno político, de masas y mediático, que ha provocado descalificaciones y ofensas de los más radicales militantes del Partido Colorado. Las expresiones de apoyo de la juventud paraguaya a su candidatura han sido notorias.
Los últimos sondeos realizados por ABC Color, uno de los diarios de mayor tiraje en Paraguay, colocan a Lugo como el más fuerte contendor del actual presidente colorado, Nicanor Duarte Frutos, quien asumió la primera magistratura el 15 de agosto de 2003.
El último censo del ente electoral de esa nación indica que el número de nuevos votantes se ha incrementado en los dos últimos años, lo cual podría ser decisivo para definir el escenario electoral de 2008, y por ende el panorama político de Paraguay.

Ante este panorama, Lugo sólo aseguró: “No me siento ningún Cristo, ningún mesías. Al contrario, me siento muy limitado, con muchas falencias (carencias). Pero sí creo que Dios me dio también unos dones que tengo que utilizar al servicio de la comunidad. Muchas de las soluciones sociales del país pasan por lo político. Uno puede tener muy buena voluntad, muchos de nuestros problemas son estructurales”.

Fernando Lugo nació en San Pedro de Paraná en 1951, de padres campesinos y educado por jesuitas, lo cual marcó su vocación hacia el sacerdocio. Ingresó al seminario Verbo Divino, donde posteriormente fue ordenado como ministro de Cristo.

Obtuvo la licenciatura en Ciencias Sociales en Roma y a su regreso a Paraguay, en 1987, fue nombrado asesor teológico del Consejo Episcopal de América Latina.

En 1994, fue nombrado obispo y enviado a San Pedro, la diócesis más pobre de Paraguay, donde estuvo 10 años hasta que el año pasado fue jubilado por el papa Juan Pablo II a la edad de 55 años y enviado a enseñar en un colegio secundario del Verbo Divino en Encarnación.

Pero la historia de Lugo tuvo un giro de 180 grados, cuando el 25 de diciembre de 2005 renuncia a la Iglesia Católica para dedicarse a la política.

«Yo renuncié al sacerdocio exclusivamente para ser candidato a presidente de la República. Yo presenté mi renuncia para ponerme a disposición de la ciudadanía. Yo me lanzo a la política para aportar y construir sin exclusiones», subrayó el ex obispo en la entrevista dada a ABC Color.

Analistas coinciden en que Lugo podría ser un factor que llevaría a la unión de las organizaciones opositoras en Paraguay. Sobre el consenso para un candidato único de la oposición, Lugo consideró: «La única forma es el diálogo. El diálogo tiene que ser sincero, abierto. Mientras haya diálogos que no sean sinceros, que prevalezcan las segundas intenciones, poco se avanzará. En cambio, si hay una sinceridad de criterio y de intenciones yo creo que se puede avanzar bastante».

En este sentido, reiteró que no se identifica con ninguna corriente y consideró que no cree que existan hoy en día ideologías químicamente puras, «como aquellas de las décadas de los sesenta o setenta», refirió. «Hay muchos que hoy se consideran de izquierda, pero que no son tantos tampoco. La práctica indica otra cosa».

Acotó que Paraguay es uno de los pocos países donde la izquierda no se desarrolló como en otras naciones por la represión de la dictadura. «El mismo Stroessner se encargó de descabezarla. Además, hoy vivimos en un contexto diferente. Creo que a nadie le asusta que alguien sea de izquierda o de derecha», puntualizó Fernando Lugo a ABC Digital.

Una de las acusaciones más frecuente es vincularlo con el presidente Hugo Chávez y de estar supuestamente financiando por éste su campaña e imagen.

«Yo al presidente de Venezuela no lo conozco. Nunca tuve relación con él. Creo que el comandante Hugo Chávez es un líder que tiene una presencia en la región. Creo que ha comenzado un proceso de hacer política diferente buscando un socialismo del siglo XXI», destacó.

Prosiguió: «Creo que los grandes recursos que tiene Venezuela y que él los utiliza en favor de las grandes mayorías y de haber roto los beneficios y los privilegios de la oligarquía de ese país han sido motivo de críticas por un lado y motivo de alabanzas también por otro lado. No tengo el fin de la película, pero su reelección es un signo evidente de que es un líder que goza de una gran popularidad en su país», dijo Lugo en la entrevista.

También alabó la elección de Evo Morales como presidente de Bolivia y reiteró que no copiará los modelos de Venezuela y Bolivia, porque Paraguay tiene otra realidad.

«Paraguay es un país diferente. Los modelos de Venezuela y de Bolivia no son comparables. Paraguay tiene que iniciar un proceso diferente. Los modelos de Bolivia, de Argentina, de Brasil, de Chile, Uruguay o Venezuela nos pueden iluminar, pero no nos sirven. Nosotros tenemos que buscar la solución de los problemas nuestros, no tratando de imitar».

(ABN)
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