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La realidad cubana amplía al instante esta percepción y pone en cuestionamiento muchos de los estereotipos existentes. Resulta que la realidad de la Isla de la Libertad es de muy amplios márgenes e incluye no sólo los ideales de la revolución y el socialismo. La tolerante Cuba, no obstante la magistral orientación socialista de los últimos decenios, de manera asombrosa conservó no sólo las tradiciones religiosas de las minorías de la isla (por ejemplo, los judíos), sino que permitió la presencia y la actividad de variadas corrientes religiosas y espirituales. En el último decenio los cubanos han buscado apoyo espiritual no sólo en las creencias tradicionales en la isla como el catolicismo o la santería (fusión sincrética de creencias africanas y el catolicismo), sino también de otras corrientes religiosas. En la isla pueden encontrarse devotos de Krisna, bautistas, devotos de Sai Baba, musulmanes, sintoístas, budistas. Para los cubanos que profesan la religión ortodoxa, con la participación de la Iglesia Ortodoxa Rusa y la embajada de Rusia, se construyó en La Habana un magnífico templo: la Iglesia de Kazán, consagrada con la participación del actual Patriarca Kirill (en aquel momento aún era Kirill, Metropolita de Smolensk y Kaliningrado). También llama la atención la gran cantidad de cuidados bustos de José Martí en lugares imaginables e inimaginables: parques, tiendas, casas de vivienda. En uno de los edificios más altos de La Habana una inscripción anuncia “Gran Logia” sobre la que se alza el símbolo del globo terráqueo. ¿Qué significa todo esto? El asunto es que la historia del movimiento francmasón (“albañiles libres” del francés franc-maçon) en Cuba es inusualmente intensa e interesante. Las logias masónicas no son una tendencia de los últimos tiempos. Funcionan en la isla desde fines del siglo XVIII. Ya en aquellos tiempos la red de logias abarcaba todas las provincias del país. Según el relato que me hiciera un conocido masón cubano, con el dinero de los “albañiles libres” en 1955 se construyó en La Habana el edificio del templo masónico principal, que impresiona por su envergadura. Después del triunfo de la revolución las propiedades de los masones fueron parcialmente nacionalizadas y el número de masones se redujo bruscamente. Sencillamente hoy, además del santuario de los masones, en este edificio hay oficinas de varios ministerios. En los pisos superiores continúan funcionando el museo y la biblioteca, así como varios locales donde, en reuniones secretas a puertas cerradas se reúnen los masones. Pero la concepción misma de la bandera, según los masones, le surgió al general como una iluminación mientras dormía. El amigo de Narciso López y poeta, Miguel Tolón plasmó de forma artística la idea del general. Uno de los primeros nombres de esta bandera fue “La Estrella Solitaria”. Tres franjas azules, según la versión de los masones, simbolizan tres años de “aprendizaje” masónico. La cantidad total de franjas (cinco) simbolizan 5 años de “sociedad”. La cantidad total de símbolos en la bandera (siete) significan 7 años de “maestría”. La estrella y el triángulo tienen un significado especial. En 1902 Cuba alcanzó la independencia y la bandera de Narciso López fue adoptada como la bandera nacional del Estado. Hoy en cuba hay aproximadamente 28500 masones y más de 300 logias en diferentes ciudades. La composición étnica de las logias es tan abigarrada como la población misma de la Mayor de las Antillas. Donde más “albañiles libres” (masones) hay es en La Habana. En la capital de Cuba más de 9000 personas se consideran masones. No es un movimiento clandestino; los masones actúan abierta y libremente. Cada persona, por su libre voluntad puede reconocer que es masón. Según lo dicho por el Venerable Maestro de los masones cubanos, los “albañiles libres” (masones) continúan hoy haciendo trabajo social y desarrollando proyectos humanitarios y benéficos, piensan libremente y trabajan para el bien de la patria sin tener confrontación con el sistema político vigente. Sepulturas de miembros de las diferentes logias en el histórico Cementerio de Colón en La Habana. Monumento a José Martí en el vestíbulo del edificio de la Gran Logia Nacional de Cuba en La Habana. Objeto en exposición del museo de la Gran Logia en La Habana. Objeto en exposición del museo de la Gran Logia en La Habana. Elementos del palacete de la logia “Armonía”. Provincia de Santiago de Cuba. Ciudad de Santiago de Cuba. Edificio de la logia “Jatibonico”. Provincia de Sancti Spíritus, ciudad de Jatibonico. |