12 de Octubre del 2003 |
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Con motivo de inaugurarse el I Encuentro Internacional de la Resistencia y
Solidaridad de los Pueblos Indígenas y Campesinos, se ofreció un homenaje al
Libertador Simón Bolívar, al cacique Guaicaipuro y al prócer de la resistencia
José Leonardo Chirinos, en el Panteón Nacional.
Representantes nacionales e internacionales de comunidades campesinas y etnias
indígenas, acompañados de la diputada Nohelí Pocaterra, Ricaurte Leonett
(Presidente del Instituto Nacional de Tierras), Braulio Álvarez (Coordinadora
Agraria Nacional Ezequiel Zamora - CANEZ), Nicia Maldonado (Consejo Nacional
Indio de Venezuela – CONIVE); así como también de los líderes internacionales
Rafael Alegría (Vía Campesina), Juan Tiney (Coordinadora Latinoamericana de
Organizaciones del Campo - CLOC), Blanca Chancoso (Confederación de
Nacionalidades Indígenas del Ecuador – CONAIE) y Valquimar Reis (Movimiento de
Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil – MST), realizaron un recorrido por el
Panteón Nacional para finalmente rendir una ofrenda floral a estos héroes de la
patria.
Desde este lugar histórico, se trasladaron a pie al Teatro Municipal, en donde
se celebró el acto inaugural con asistencia del Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías.
En dicho teatro se llevaron a cabo diversas representaciones culturales
indígenas y campesinas, entre éstas llamó particularmente la atención la
ceremonia shamánica realizada por aborígenes de las distintas regiones de
Venezuela, quienes invocaron a los dioses y espíritus de “nuestros ancestros con
el objetivo común de luchar por la tierra”. Pidieron porque “seamos un solo
pensamiento, un solo corazón y una sola fuerza”.
Los shamanes destacaron que hay un solo derecho: el de la vida y el territorio.
Igualmente invocaron hacia el Presidente el espíritu de ánimo “para que tenga
ese valor de dirigir al pueblo venezolano”.
Bienvenida la hermandad entre los pueblos
En el lucido evento, los representantes de los movimientos indígenas y
campesinos de Venezuela y el mundo expresaron mensajes cargados por igual de
razón y emoción. María Elena Sequeiro (miembro de la Asociación de Trabajadores
del Campo de Nicaragua), subrayó que “…sin semillas no hay agricultura, sin
agricultura no hay alimentos y sin alimentos no hay pueblo”. Según Nicia
Maldonado “…a partir de 1999, la historia ha sido escrita por los excluidos”.
Braulio Álvarez, refiriéndose al asesinato (ayer) de otro campesino, dejó claro
que “…estamos enfrentados a las fuerzas del mal”. Luego Juan Tiney resaltó que
“… en el propio Estados Unidos hay pueblos que están exigiendo dignidad”.
Enseguida, Blanca Chancoso respaldó “… el proceso revolucionario iniciado por el
pueblo bolivariano, entregando las tierras a los verdaderos trabajadores del
campo”; idea que profundizó el líder de Vía Campesina, Rafael Alegría, al
precisar que la revolución agraria venezolana es la única que está
entregando “… 2 millones de hectáreas en un solo año”.
Finalmente, el Presidente de la República saludó a los asistentes:
“Globalicemos la vida… Estamos acá para continuar fortaleciendo nuestras
banderas, decididos a ser libres. Vacilar es perdernos. Estamos en tiempo de
decidirnos. Cuando llegaron los conquistadores a estas tierras, a nosotros nadie
nos descubrió, existían unos 90 millones de aborígenes. Los abuelos de nuestros
abuelos eran casi 100 millones… Siglos después sobrevivían poco más de 3
millones y casi todos ellos esclavizados. Los españoles, ingleses y portugueses
asesinaron, a lo largo de 150 años, un indígena cada diez minutos. Luego nos
vendieron la tesis de la conquista, colonización, evangelización y civilización…
Quiero rendir tributo a los verdaderos héroes de la resistencia indígena: a
Guaicaipuro y a Tupac Amaru”.
Señaló que Guaicaipuro fue valiente al decir: “vengan españoles para que vean
al último hombre libre de nuestra tierra”. Asimismo, se refirió a la visión del
Libertador: “creo que Bolívar fue el que miró más lejos, pensaba en siglos y
miraba en continentes. Trazó con una espada el mapa y el rumbo que hoy estamos
continuando. Hizo dos decretos… Uno lo firmó el 20 de mayo de 1820 en Cúcuta que
señalaba las normas para reestablecer los derechos de los indígenas y en su
artículo uno (1) señalaba que se le devolverán a los naturales todas sus
tierras”.
Por último, destacó que “continuaremos profundizando la distribución de la
tierra”, hasta alcanzar la soberanía alimentaria.