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Argentina: Cristina Fernández rumbo a la Presidencia

27 de Octubre de 2007
Argentina: Cristina Fernández rumbo a la Presidencia
“Creí que los escándalos iban a perjudicar al Gobierno”, dijo días atrás Ricardo López Murphy, un candidato opositor que camina tranquilo hacia una nueva derrota.

Quizás el economista no tenga peso político alguno como para que este artículo comience con una cita suya, pero la frase refleja el estado de impotencia y desconcierto en el que esta sumida la oposición por estos días.

Es que la administración de Néstor Kirchner tuvo bien en claro que los casos de corrupción que salpicaron al Gobierno en los últimos meses no dañaría la imagen positiva que generó durante los cuatro años. El oficialismo supo leer que esa imagen alcanzaría para retener la Presidencia y eso derivó en una campaña bastante atípica.

La candidata oficialista Cristina Fernández rompió con varias recetas, y lejos de recorrer las calles y caminar el interior del país decidió llevar la campaña hacia el exterior: Alemania, Nueva York y Brasil fueron las últimas escalas de un total de 10 viajes a distintos puntos del planeta que la candidata realizó durante 2007. Allí, reuniones con empresarios, disertaciones en centros académicos y fotos con líderes políticos marcaron la agenda.

Incluso muchos analistas sostienen que no está haciendo una campaña de candidata y -aunque falten días para las elecciones y menos de dos meses para el traspaso de Gobierno- más bien parecería comportarse como Presidenta electa.

Aún así, las encuestas colocan a la Primera Dama argentina en primer lugar, a casi 30% de la candidata de la Coalición Cívica, Elisa Carrió.

El sistema electoral argentino, a diferencia del de Brasil, prevé que si el primero llega al 45% de los votos y tiene 10 puntos de ventaja sobre el segundo, gana en primera vuelta y evita el ballottage.

En ese contexto, los candidatos que más se aproximan a Cristina Fernández son Elisa Carrió y Roberto Lavagna. Ambos saben que el mejor escenario para ellos sería lograr los votos suficientes para aspirar a una segunda vuelta, algo que parecería inalcanzable sobre todo cuando se los ve polarizando más entre ellos que con Cristina Fernández.

Elisa Carrió fue la fundadora de Alternativa por una República de Iguales (ARI), un partido de centroizquierda que supo cosechar algunas victorias electorales menores, pero que logró cierto respeto como alternativa a los partidos tradicionales: este año, y con el objetivo de lograr mayor pluralismo, trasformó el partido en una Coalición Cívica, incluyendo la incorporación de figuras más vinculadas a la derecha política del país.

Uno de los lugares que más cómoda hacen sentir a Carrió es el de denunciante. En ese rol consiguió varios lugares en los medios de comunicación, revelando hechos de corrupción que luego se fueron perdiendo en el tiempo.

Sin embargo, en el último tramo de la campaña, la estrategia de la candidata es presentar más propuestas y menos denuncias. Carrió busca mostrar un discurso renovado, abandonar ese rol de denunciante que venía sosteniendo en los últimos años y demostrar que tiene capacidad para gobernar.

En ese sentido designó para su virtual gabinete de ministros a Alfonso Prat Gay para ocupar el Ministerio de Economía y propuso, por ejemplo, construir 2.000 kilómetros de autopistas.

El otro candidato opositor con mínima chance de llegar al ballottage es Roberto Lavagna quien fue ministro de Economía, primero de Eduardo Duhalde y después del propio Néstor Kirchner. Con 64 años y una importante experiencia diplomática, Lavagna adquirió relevancia pública por liderar la reestructuración de deuda del país. El ex Ministro juega sus fichas a su experiencia en la gestión explotando su perfil de economista para mostrarse como garantía de gestión y gobernabilidad. En los últimos días apunta sus armas hacia lo que considera será el talón de Aquiles del actual Gobierno kirchnerista: la inflación. “En economía, el tema más grave que tenemos es el tema inflacionario. No hay duda porque la inflación es una máquina de destruir a la clase media y crear pobres”, dijo el candidato a APM. “El país tuvo una recuperación muy fuerte después de 2001, pero que en el último año se ha llenado de incertidumbre, de incógnitas y eso ha afectado varias cuestiones en materia económica”, agregó.

Así las cosas, todo indica que Cristina Fernández alcanzará sin sobresaltos el sillón presidencial para seguir -según dice en sus discursos- con una línea de continuidad sobre los cuatro años que gobernó su esposo, Néstor Kirchner, el presidente menos votado de la historia del país con sólo un 22% de las papeletas.

Agencia Periodística del Mercosur (APM)// www.minci.gob.ve
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