27 de Octubre del 2008 |
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Mural de Siqueiros en Argentina será rescatado
El mural “Ejercicio Plástico”, que el artista mexicano David Alfaro Siqueiros creó en 1933 y que estaba en riesgo de destrucción comenzará un intenso proceso de rescate, gracias un acuerdo entre México y Argentina.
Durante 17 años el mural estuvo guardado y seccionado en partes en unos cuantos contenedores cerrados y con problemas de humedad. Muchos conocieron su existencia pero sólo unos pocos han podido verlo. Esta obra estuvo destinada desde su gestación a la oscuridad, ya que fue realizada en un sótano de una propiedad privada y permaneció enterrada durante casi seis décadas.
Hace pocos dias el mural de Siqueiros fue llevado a la sede del gobierno argentino, la Casa Rosada, donde fue recibido por la propia presidenta Cristina Fernández, quien cumplirá así con la promesa que hizo el año pasado de rescatar un mural, cuyo valor artístico e histórico es de incalculables proporciones.
Las diferentes partes de la obra serán dispuestas en la denominada "Aduana de Taylor", un área de la Casa Rosada, donde serán restauradas con financiación del Estado argentino. El mural será exhibido de manera gratuita y permanente en una sala de la emblemática Casa Rosada.
Para la restauración, el Gobierno argentino firmó un acuerdo con la Universidad Nacional de San Martín, que trabajará junto con expertos que enviará México.
Siqueiros llegó a Buenos Aires en el año 1933. Era un prestigioso artista cuyo talento ya no se discutía y a los éxitos artísticos se sumaba su romántica fama de joven revolucionario. La izquierda intelectual de Buenos Aires fue seducida inmediatamente.
“Ejercicio Plástico” fue pintado por Siqueiros en el sótano de la mansión del magnate periodístico Natalio Botana, director del diario Crítica, a las afueras de Buenos Aires.
El intelectual argentino quería tener un mural en el sótano de su residencia. De ningún modo Botana podía desconocer los principios fundamentales del muralismo mexicano, que fueron escritos por Siqueiros y publicados en su propio diario. Lo que Siqueiros pretendía era "sacar la obra de arte de las sacristías aristocráticas en donde se pudre hace más de cuatro siglos", para llevarla a la calle, "a aquellos lugares donde el tráfico del pueblo sea más intenso y a los lugares donde concurran mayores núcleos de personas".
¿Por qué Botana le ofreció el espacio más inadecuado para pintar un mural y por qué aceptó Siqueiros una geografía tan hostil? No se puede conjeturar que el pintor tuviese necesidades económicas.
En ese inusual espacio, el artista mexicano desarrolló lo que se conoce como su "primer mural monumental interior". Los doscientos metros de superficie enterrada presentaron serias dificultades de composición debido a su forma semicilíndrica, que decidió pintar en su totalidad, el piso, las paredes y el techo abovedado. Siqueiros pintó "Ejercicio Plástico" con la ayuda de los artistas argentinos Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino, Lino Spilimbergo y el escenógrafo uruguayo Enrique Lázaro.
Los materiales y técnicas de avanzada empleados para ejecutar “Ejercicio Plástico”, acordes con las ideas progresistas de Siqueiros, ocupan un lugar protagónico. La resistencia de los materiales empleados -la piroxilina y el silicato- fue decisiva para el destino de la obra. Pintado con técnicas ortodoxas, el mural no hubiese sobrevivido a las terribles agresiones que sufrió posteriormente.
La casa después fue vendida y cuyos sucesivos propietarios lo agredieron barnizando la pintura o cubriendo algunos desnudos con manchas negras.
Otro dueños quisieron borrar la obra con ácidos, pero no pudieron debido a la calidad de los materiales que había utilizado el artista, razón por la cual optaron con cubrirla con cal.
El último dueño de la finca fue Héctor Mendizábal, quien decidió preservar el mural, por lo cual en 1991 ordenó su traslado del sótano. Los paneles de la obra fueron llevados, dentro de contenedores, a un depósito al aire libre en las afueras de Buenos Aires, donde las piezas comenzaron a deteriorarse por la humedad.
A pesar de los reclamos del gobierno mexicano, la obra no había podido ser rescatada porque su propiedad estaba en litigio, ya que Mendizábal, quien murió el año pasado, la utilizó como aval de deudas que después no cubrió.
La obra de Siqueiros fue declarada "bien de interés histórico artístico nacional" por el Ejecutivo argentino en 2003 y es considerada por México como "monumento artístico de la nación".
Durante 17 años el mural estuvo guardado y seccionado en partes en unos cuantos contenedores cerrados y con problemas de humedad. Muchos conocieron su existencia pero sólo unos pocos han podido verlo. Esta obra estuvo destinada desde su gestación a la oscuridad, ya que fue realizada en un sótano de una propiedad privada y permaneció enterrada durante casi seis décadas.
Hace pocos dias el mural de Siqueiros fue llevado a la sede del gobierno argentino, la Casa Rosada, donde fue recibido por la propia presidenta Cristina Fernández, quien cumplirá así con la promesa que hizo el año pasado de rescatar un mural, cuyo valor artístico e histórico es de incalculables proporciones.
Las diferentes partes de la obra serán dispuestas en la denominada "Aduana de Taylor", un área de la Casa Rosada, donde serán restauradas con financiación del Estado argentino. El mural será exhibido de manera gratuita y permanente en una sala de la emblemática Casa Rosada.
Para la restauración, el Gobierno argentino firmó un acuerdo con la Universidad Nacional de San Martín, que trabajará junto con expertos que enviará México.
Siqueiros llegó a Buenos Aires en el año 1933. Era un prestigioso artista cuyo talento ya no se discutía y a los éxitos artísticos se sumaba su romántica fama de joven revolucionario. La izquierda intelectual de Buenos Aires fue seducida inmediatamente.
“Ejercicio Plástico” fue pintado por Siqueiros en el sótano de la mansión del magnate periodístico Natalio Botana, director del diario Crítica, a las afueras de Buenos Aires.
El intelectual argentino quería tener un mural en el sótano de su residencia. De ningún modo Botana podía desconocer los principios fundamentales del muralismo mexicano, que fueron escritos por Siqueiros y publicados en su propio diario. Lo que Siqueiros pretendía era "sacar la obra de arte de las sacristías aristocráticas en donde se pudre hace más de cuatro siglos", para llevarla a la calle, "a aquellos lugares donde el tráfico del pueblo sea más intenso y a los lugares donde concurran mayores núcleos de personas".
¿Por qué Botana le ofreció el espacio más inadecuado para pintar un mural y por qué aceptó Siqueiros una geografía tan hostil? No se puede conjeturar que el pintor tuviese necesidades económicas.
En ese inusual espacio, el artista mexicano desarrolló lo que se conoce como su "primer mural monumental interior". Los doscientos metros de superficie enterrada presentaron serias dificultades de composición debido a su forma semicilíndrica, que decidió pintar en su totalidad, el piso, las paredes y el techo abovedado. Siqueiros pintó "Ejercicio Plástico" con la ayuda de los artistas argentinos Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino, Lino Spilimbergo y el escenógrafo uruguayo Enrique Lázaro.
Los materiales y técnicas de avanzada empleados para ejecutar “Ejercicio Plástico”, acordes con las ideas progresistas de Siqueiros, ocupan un lugar protagónico. La resistencia de los materiales empleados -la piroxilina y el silicato- fue decisiva para el destino de la obra. Pintado con técnicas ortodoxas, el mural no hubiese sobrevivido a las terribles agresiones que sufrió posteriormente.
La casa después fue vendida y cuyos sucesivos propietarios lo agredieron barnizando la pintura o cubriendo algunos desnudos con manchas negras.
Otro dueños quisieron borrar la obra con ácidos, pero no pudieron debido a la calidad de los materiales que había utilizado el artista, razón por la cual optaron con cubrirla con cal.
El último dueño de la finca fue Héctor Mendizábal, quien decidió preservar el mural, por lo cual en 1991 ordenó su traslado del sótano. Los paneles de la obra fueron llevados, dentro de contenedores, a un depósito al aire libre en las afueras de Buenos Aires, donde las piezas comenzaron a deteriorarse por la humedad.
A pesar de los reclamos del gobierno mexicano, la obra no había podido ser rescatada porque su propiedad estaba en litigio, ya que Mendizábal, quien murió el año pasado, la utilizó como aval de deudas que después no cubrió.
La obra de Siqueiros fue declarada "bien de interés histórico artístico nacional" por el Ejecutivo argentino en 2003 y es considerada por México como "monumento artístico de la nación".