Caracas: Cerrado temporalmente por impago de impuestos el restaurante preferido de la CIA

Olga Lopez, Caracas
23 de Febrero de 2009
El restaurante “La Estancia”, Caracas
El servicio de impuestos y aduanas de Venezuela (SENIAT) cerró por 72 horas uno de los más prestigiosos restaurantes de la capital, el restaurante “La Estancia”, debido a una “recidiva”: graves violaciones en la contabilidad.

El restaurante se especializa en platos de carne “a la argentina”, pero con el colorido local venezolano. Bife de chorizo, punta trasera ¡el sueño de cualquier gourmet! La carne se sirve con tortillas aromáticas de maíz, arepas, queso blanco, yuca (exotismo indígena) y otras exquisiteces. A los acaudalados parroquianos no les va a quedar más remedio que rebasificarse a otros establecimientos, maldiciendo a más y mejor al poder bolivariano por las “brutal represión” contra los verdaderos demócratas.

Se sabe que los dueños del restaurante experimentan una oposición visceral hacia las autoridades actuales, al presidente Hugo Chávez no pueden verlo ni en pintura y, por supuesto, hacen todo lo posible para reducir su permanencia en este alto cargo estatal. El impago de impuestos debe comprenderse como una de las formas de resistencia al “odiado régimen”

Pero hay otro aspecto específico, oculto para gourmets no iniciados, en el funcionamiento del restaurante: es el lugar preferido de los directivos de la oficina residente de la CIA para llevar a cabo los encuentros de trabajo con sus contactos útiles. Los funcionarios de segundo orden de esta agencia tienen que conformarse, por razones de ahorro, con visitar establecimientos más modestos, llegando incluso a los McDonald´s o Wendy´s.

El servicio de contraespionaje de Venezuela – DISIP – hace mucho que conoce de este lado oculto de la gestión del restaurante “La Estancia”. Ya desde la época de la Cuarta República, es decir, antes de Chávez, este establecimiento se había ganado sólidamente la gloria de ser “nido de espías”. En aquel entonces, los agentes de la CIA con mayor frecuencia cortejaban a funcionarios influyentes de la compañía nacional de petróleo, PDVSA, para estar al tanto de las negociaciones comerciales, de la estrategia global y de los movimientos de cuadros dentro del cartel. Corren persistentes rumores acerca de que en el restaurante se ha montado un avanzado sistema de escucha y video control que permite “documentar” los monólogos de las personas de utilidad para la CIA. Autores de libros sobre la actividad subversiva de la CIA en el país se han referido a esto en más de una ocasión. En su momento, el caso del espionaje petrolero, en el cual se vieron implicados más de 20 funcionarios de PDVSA, tuvo gran destaque en la prensa venezolana y mundial. Fue entonces que por primera vez “salió a la luz” el restaurante con los mejores platos de carne “a la argentina”. Pero prácticamente todos los informantes de la CIA se las agenciaron para esquivar las sanciones: salieron huyendo hacia los EUA donde tenían jugosas cuentas en bancos (¡de 5 y 6 cifras! La información petrolera siempre ha costado caro. ¡Es mercancía de carácter estratégico!)

Las acciones del SENIAT, posiblemente no tuvieron un doble sentido. El servicio de impuestos cumplió honradamente sus deberes funcionales. Pero el cierre de “La Estancia” condujo seguramente a complicaciones en el trabajo de los agentes de la CIA con sus agentes venezolanos, especialmente con los agentes de influencia. Está claro que a lo bueno uno se acostumbra rápidamente, sobre todo a la buena cocina y a las marcas escogidas de vino chileno y francés. Nada, que con el estómago vacío no es mucho el espionaje que se puede hacer…
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