Para ver las Américas: Días de la cultura venezolana en Belarús

Olga Ravchenko, Belarús
11 de Abril de 2009
Para ver las Américas: Días de la cultura venezolana en Belarús
“Solamente aquellos están coronados, solamente aquellos nombres son sagrados los cuales han impulsado a los pueblos que diventen más nobles y más libres”.
Henry Longfellow


El cinco de abril en marcos de los Días de la cultura venezolana en Belarús en la Sala de conciertos del Palacio de la República tuvieron lugar “Encuentros musicales con la Orquestra Presidencial”. Primero interpretaron “La obertura de fiesta” de Dmitry Shostakóvich y “La sinfonía n. 9 “Del Nuevo Mundo” de Antonín Dvoržak (1893, los Estados Unidos). La segunda parte del concierto fue compuesta de obras de compositores venezolanos y cubanos, de canciones populares venezolanas y cubanas. Este acontecimiento musical en la tierra bielorrusa una vez más comprobó el postulado de Henry Longfellow: “El bien y la hermosura están difusos invisibilmente en el mundo”.

La Orquestra fue fundada en 2002, y la edad media de participantes de aquélla era 23 aňos. Esta lavora practicamente en todos los géneros. El director de orquesta Vìctor Babarikin dice que en el repertorio está incluida la música moderna así como las obras clásicas de todas las épocas y de todos los estilos, igual que su transcripción del estilo barroco al sinfo-rock.

“Nunca hubiera compuesto en este modo la sinfonía sin haber visto la América”, – escribió Antonín Dvoržak impresionado ya en su Patria por “The Song of Hiawatha” de Henry Longfellow. El mismo autor no creía que su obra apartenecía a la cultura musical americana. “Compongo siempre música auténticamente checa”. (Casi lo mismo dijeron de la obra maestra de la poesía norteamericana escrita por Longfellow en 1855: no fue auténtica obra épica indígena). El compositor sintetizó su nostalgía con la historia de Hiawatha, con la muerte de su mujer y con el llanto del mismo Profeta. “The Song of Hiawatha” es conocido al lector ruso gracias a la traducción de Iván Bunin (1896) y hasta hoy día no pierde su dramatismo, su hermosura y su actualidad.

En la segunda parte del concierto interpretaron “La fantasía cubana” (la cual hizo bailar al Primer Diplomata de Cuba en Belarús el cual estimuló a unirse a la acción a los espectadores bielorrusos también, aunque ellos son mucho menos emocionales), “Alma llanera”, “Moliendo café” (a mi juicio los músicos bielorrusos no sintieron esta obra profundamente), “Viva Venezuela”, “Dama Antanona”, “Mis abuelos”, “Bésame mucho” y “Incredibilmente” (las dos con la participación del solista de la orquestra Alejandro Pujovoy y singularmente instrumentadas por músicos bielorrusos). “Pregúntame cómo estoy” y “Mambo Manía” arrebataron al público (la última obra la interpretaron dos veces).

En los tiempos soviéticos hubieran dicho que el público fue representado “del pionero al jubilado”. Añadimos: de personas flemáticas que hacían aplausos escasamente, hasta entusiastas que se alzaron y se movían al son de la música respondiendo de buena gana a las provocaciones del director de orquestra a participar en la función interpretando su propia parte tocando instrumentos de "aplausos”.

El Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Bolivariana de Venezuela en la República de Belarús el Señor Americo Díaz Nuñez y el Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Cuba el Señor Omar Medina Quintero con las esposas y El agregado de prensa de la Embajada Venezolana la Señora María Elena Rojas Rogobienko agradecieron a los músicos por el encuentro tan bello con el gran arte. El discurso del Señor Díaz fue improvisado y comenzó con el juego de palabras: “Buenos días”, al cual reaccionó instantáneamente la mayor parte de lo presentes.
En particular El Señor Embajador subrayó que los músicos bielorrusos trajeron calor tropical a Minsk (+ 16° C por afuera) y que ellos están preparados para ir a Caracas y a La Habana y invitó también a los presentes a partecipar en los Días de la cultura venezolana en Belarús, en la inauguración del Centro de la cultura latinoamericana Simón Bolívar en Minsk el 13° de abril: “No vamos a reducir nuestras actividades y empresas con quatro muros de nuestro edificio: vamos a encontrar la gente, en las calles... Vamos a cantar, vamos a bailar...”

Las dos misiones funcionan en condiciones de la cooperación estrecha con representantes de otros países latinoamericanos en Belarús, indudablemente gracias al atractivo personal de sus jefes.

Encuentros tan convincentes y emocionales hacen creer que “el bien y la hermosura están difusos invisibilmente en el mundo” y que “los pueblos diventan más nobles y más libres”.
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