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Fidel Castro: A pesar de eso, suceden cosas admirables en la Comisión de Derechos Humanos

3 de Mayo de 2004
Fidel Castro, el Primero de Mayo del 2004  (Foto: AHMED VELБZQUEZ, www.granma.cubaweb.cu)
(Una parte del discurso de Fidel Castro en la manifestación del 1 de Mayo)

En las actuales condiciones del mundo predomina el temor generalizado al feroz imperio, sus amenazas, presiones y represalias de todo tipo, especialmente contra los países más vulnerables del Tercer Mundo. Votar en Ginebra contra una resolución elaborada e impuesta por Estados Unidos, en especial si va dirigida contra Cuba, el país que durante casi medio siglo ha desafiado su arrogancia y prepotencia, se convierte en un acto casi suicida. Incluso los estados más fuertes e independientes se ven obligados a tomar en consideración las consecuencias políticas y económicas de su decisión.

A pesar de esos factores, como pudo apreciarse hace breves días en Ginebra, basados ensólidos principios unos y en un acto de singular valentía otros, 20 países además de Cuba se opusieron a la resolución y 10 se abstuvieron con dignidad y respeto a sí mismos. De 53 miembros de la Comisión, solo se habían plegado a la infamia 22 de ellos, incluido Estados Unidos.

De América Latina, siete, entre ellos cuatro que sufren gran pobreza social y económica, sumamente dependientes y con gobiernos obligados a la abyección total. Nadie los considera estados independientes. Son hasta ahora una simple ficción.

Perú, el quinto gobierno latinoamericano que votó con el de Estados Unidos contra Cuba, constituye un ejemplo del grado de abyección y dependencia a que han conducido el imperialismo y su globalización neoliberal a muchos estados de América Latina, a los cuales arruinan políticamente en un abrir y cerrar de ojos, cuando los obligan a estas cosas que son como el beso del diablo.

El Jefe de Estado peruano en solo unos meses ha visto reducir su popularidad a solo el 8%. Yo creo que los que lo apoyan caben en un pedazo de esta concentración. Es absolutamente imposible enfrentar los colosales problemas económicos y sociales que afectan a ese país con tan insignificante apoyo. En realidad, no dirige ni puede dirigir nada. De eso se encargan las transnacionales y los oligarcas hasta que la sociedad estalla, como ya empieza a ocurrir en más de un país.

Al llegar a este punto, recordando las palabras de nuestro hermano venezolano, siento deseos de exclamar: ¡Viva Venezuela! (Aplausos y exclamaciones de: "¡Viva!") ¡Viva el proceso revolucionario bolivariano! (Aplausos y exclamaciones de: "¡Viva!") ¡Viva Chávez!, brillante y valiente conductor del pueblo de Bolívar (Aplausos y exclamaciones de: ("¡Viva!").

Prosigo:

Restan los gobiernos de Chile y México.

Al primero no voy a juzgarlo. Prefiero que Salvador Allende, (Aplausos), que cayó combatiendo con un arma en la mano y ocupa ya un sitial de honor y gloria en la historia de este continente, y los miles de chilenos desaparecidos, torturados y asesinados por designios de quien elaboró y propuso la resolución para condenar a Cuba —donde jamás ocurrió uno solo de esos hechos u otros similares—, y en nombre de ellos, los que portan en Chile las nobles ideas y la aspiración de construir una sociedad verdaderamente humana, juzguen la conducta del Presidente de Chile en Ginebra.

En México, pueblo entrañable y hermano para todos los cubanos, el Congreso Nacional solicitó en vano a su Presidente abstenerse de apoyar la resolución que le demandó el presidente Bush. Duele profundamente que tanto prestigio e influencia ganados por México en América Latina y en el mundo por su intachable política internacional, emanada de una revolución verdadera y profunda, hayan sido convertidos en cenizas. La solidaridad y el apoyo de América Latina para México, y de México para América Latina, son vitales. Más de la mitad del territorio de México le fue arrebatada por su vecino del Norte y enormes riesgos amenazan al que resta. Prácticamente la frontera de Estados Unidos con México no está ya en el río Bravo del que hablaba Martí. Estados Unidos está mucho más dentro de México. Aquella frontera es hoy la línea de muerte, donde alrededor de 500 mexicanos pierden la vida cada año tratando de cruzarla. Todo en virtud de un brutal y despiadado principio: libre tránsito para los capitales y las mercancías; persecución, exclusión y muerte para los seres humanos. Pese a ello, millones de mexicanos corrieron ese riesgo. Hoy el país recibe más ingresos por sus remesas que por las exportaciones de petróleo, a pesar del elevado precio actual de este.

¿Acaso una situación tan desigual e injusta se resolverá votando resoluciones contra Cuba en Ginebra y acusándola de violar los derechos humanos?

Lo peor y más humillante para México fue que las noticias relativas a su votación en Ginebra, tanto el día 15 como el 22, eran anunciadas desde Washington.

La Unión Europea, igual que siempre, votó en bloque, como mafia aliada y subordinada a Wa-shington.

Estas sucias e inmorales manifestaciones de toda la vida contra la Revolución Cubana nunca alcanzaron éxito alguno hasta el derrumbe del campo socialista. Una plaga de renegados, ansiosos de créditos y mercancías de la sociedad de consumo, se sumó a la mafia de la Comunidad Europea. Entonces lograron esos mezquinos partos en la Comisión de Derechos Humanos: resoluciones extraídas con fórceps, en medio de la reñida batalla que Cuba jamás ha dejado de librar contra la comedia infame que el imperio, sus aliados, secuaces y vasallos imponen, para obtener uno o dos votos de ventaja frente a la oposición y la abstención del 60% de los miembros de la Comisión. Una vez se descuidaron y perdieron. Desde entonces los esfuerzos los triplican y las presiones y amenazas las centuplican contra países que tienen una total dependencia de créditos, de fondos, de recursos que los organismos internacionales, todos bajo el control de EstadosUnidos

tienen que decidir.

Algún día habrá que construir una estatua a aquellos países que en tan durísimas condiciones lo arriesgaron todo y votaron contra los proyectos yankis (Aplausos). La historia de esa batalla constituirá una página digna de recordarse. Vean ustedes, este año, de 53 miembros de la Comisión, el 60% no los apoyó. A esas victorias pírricas las califica el imperio de éxitos y condena a Cuba, a pesar de que cada año los esfuerzos y el costo político son mayores.

Puedo decir aquí, inter nos, que un examen profundo de lo que ocurre en el mundo, de lo que ocurre en la sociedad humana, sin excluir ninguna, ni mucho menos Europa, ni las más purísimas y sacrosantísimas sociedades de algunas áreas de Europa, tiene la hoja limpia de consideración y respeto a los seres humanos que ha practicado la gloriosa Revolución Cubana (Aplausos).



http://www.granma.cubaweb.cu/2004/05/03/nacional/articulo10.html
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