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Destapan la mayor fosa común del continente: Colombia, en el paroxismo del horror, clama solidaridad

Por: Azalea Robles//Aporrea.org
27 de Enero de 2010
A raíz de la visita de una delegación de sindicalistas y parlamentarios británicos que investigaban la situación de derechos humanos en Colombia, en diciembre 2009, se ha destapado la mayor fosa común de la reciente historia de América.

La fosa común contiene los restos de al menos 2.000 personas, está en La Macarena, departamento del Meta. Varios pobladores ya habían dado la voz de alerta, en varias ocasiones durante el 2009, y había sido en vano… pues la fiscalía no procedía a investigar.

Fue gracias a la perseverancia de los familiares de desaparecidos y a la visita de la delegación británica, que se ha logrado destapar este horrendo crimen, perpetrado por los agentes militares y paramilitares de un Estado que les garantiza impunidad. Un Estado que usa el terror y las masacres para viabilizar el Saqueo multinacional, desapareciendo y reprimiendo a los que osan reivindicar por sus derechos.

Se trata de la mayor fosa común del continente. Desde 2005 el Ejército, cuyas fuerzas de élite están desplegadas en los alrededores, ha estado enterrando allí cientos y miles de personas, sepultadas sin nombre. Para encontrar una fosa de esta magnitud, hay que remitirse a la barbarie Nazi: su amplitud deja claro que la macabra práctica de desaparición forzada ejercida por el ejército y su Herramienta paramilitar es aún más horrenda que lo que ya conocemos. Sin duda el carácter genocida del Estado colombiano, exige una movilización de solidaridad urgente, y que los criminales agentes del Estado y de las multinacionales paguen por sus crímenes de Lesa humanidad.

Jairo Ramírez, jurista, secretario del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia, que acompañó a la delegación británica al lugar, cuando empezó a descubrirse la magnitud de la fosa, testimonia: "Lo que vimos fue escalofriante (…) Infinidad de cuerpos, y en la superficie cientos de placas de madera de color blanco con la inscripción NN y con fechas desde 2005 hasta hoy".

Ramírez agrega: "El comandante del Ejército nos dijo que eran guerrilleros dados de baja en combate, pero la gente de la región nos habla de multitud de líderes sociales, campesinos y defensores comunitarios que desaparecieron sin dejar rastro".

El horror de La Macarena recuerda a Colombia y al mundo la cantidad escalofriante de fosas comunes, cuyas coordenadas han sido obtenidas en los recientes años y meses, tras laS audiencias a paramilitares, que, acogiéndose a la “ley de Justica y Paz”, confiesan sus crímenes y dan coordenadas de fosas y otros detalles de su rol como herramienta de guerra sucia del Estado.

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http://www.aporrea.org/ddhh/a94038.html
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