Notcoin — futura distribución de TON/Telegram

Costa Rica ocupada

Por: Arnoldo Mora Rodríguez//Aporrea.org
11 de Julio de 2010
La autorización otorgada por el Poder Legislativo para que miles de marines yanquis puedan ocupar el territorio nacional, ha provocado la indignada reacción de amplios sectores de ciudadanos, cuyo eco ha resonado en el recinto parlamentario, donde diputados del PUSC, PASE, PAC y el del Frente Amplio votaron en contra. Incluso en un gesto patriótico que los enaltece, un grupo numeroso salió del plenario cuando se dio esa nefasta votación, en que los “siervos menguados” dieron el abrazo de bienvenida a las huestes de William Walker. No sé con qué cara y con qué voz estos señores podrán entonar el Himno Nacional, o celebrar con la frente en alto el 15 de Setiembre o el 11 de Abril.

Si algunas resoluciones de la Sala IV han reducido a su mínima expresión las facultades otorgadas por la Carta Magna al Primer Poder de la Nación, este voto mayoritario para que los marines yanquis ocupen el país por encima de nuestras leyes y tribunales, constituye la renuncia total a todas esas potestades constitucionales y que por mandato popular deberían ser los primeros en cumplir. Hoy el Mesón de Rivas ha sido quemado pero al revés: los enemigos de la Patria lo han hecho desde dentro.

Lo que acabo de decir con el corazón en carne viva, no es retórica patriotera. Solo trato de ser fiel a mi conciencia de costarricense, hijo de un luchador social y fundador de las primeras cooperativas agrícolas en el país allá en el Palmares de inicios de los cuarenta. No me mueve otro interés que el de honrar su venerada memoria y dejar a las nuevas generaciones una Patria como la que nos legaron Juanito Mora y García Monge.

Los datos que la semana pasada publicó escuetamente LA REPUBLICA me dejaron estupefacto. Se informa allí de la llegada de 46 buques de guerra, 184 helicópteros de la más sofisticada tecnología bélica, de diez aviones que permiten transportar un ejército altamente profesionalizado compuesto por 13.629 soldados, que entrarían y que ocuparían nuestro país por mar, tierra y aire.
El pretexto para perpetrar ese monstruoso asalto a la soberanía nacional es el combate al narcotráfico que, con razón, se considera uno de los mayores males que acechan a los hogares e instituciones nacionales. Se quiere aplicar a Costa Rica lo que, con gran derramamiento de sangre y total fracaso ha intentado el presidente Calderón en México. Pero, a decir verdad, lo único que en ese país han conseguido es militarizar la lucha contra los carteles de la droga y provocar con ello una guerra civil que, solamente durante el actual gobierno, ha provocado 26 mil muertes con resultados nulos ya que los carteles se han acrecentado en número y poder.
Hoy el estado mejicano agoniza por no decir que ya ha muerto. En toda la región fronteriza del Norte no hay estado, lo que impera es el terror de las mafias. Otro tanto sucede en Colombia, donde los paramilitares son el único partido político real y el verdadero poder. Y decir en Colombia paramilitares y narcotraficante es decir lo mismo, son sinónimos.

Todo eso se debe a que Washington no tiene interés en destruir el negocio ilícito de la droga, porque de ese negocio se nutre en buena medida su economía, dado que los grandes bancos tienen el lavado como uno de sus negocios más lucrativos. Si realmente quisieran combatir el narcotráfico tendrían que comenzar por los propios Estados Unidos, principales consumidores de droga (25%) y el mayor mercado consumidor (30 millones). Por eso, la única razón de hacer este despliegue militar en nuestro suelo es de índole geopolítica.
Compartir
URL Copiado!