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América Latina contra la agresión de Estados Unidos a Siria

Nil Nikandrov - http://www.strategic-culture.org
Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
5 de Septiembre de 2013
El miembro del parlamento venezolano, Adel el-Zabayar, de ascendencia siria, no perdió tiempo para regresar a la tierra de sus ancestros.
El miembro del parlamento venezolano, Adel el-Zabayar, de ascendencia siria, no perdió tiempo para regresar a la tierra de sus ancestros. Zabayar explicó a sus amigos de la Federación Árabe de Venezuela, de la cual él es presidente, que la hora había llegado para todos los patriotas del mundo árabe de tomar las armas para defender a Siria de la amenaza de agresión. Muchos emigrantes en América Latina provenientes de países árabes han seguido su ejemplo. Sin publicar sus planes, están llegando a Siria por diferentes vías. La formación del primer batallón de combatientes voluntarios de América Latina ya está casi lista….

Los medios de prensa de América Latina están estos días publicando mucho en torno a que el gobierno de Obama es la cabeza principal de la agresión contra Siria. Hacen hincapié que en la preparación de un ataque contra Siria, Washington está empleando las capacidades de inteligencia de sus satélites, especialmente de Israel, Arabia Saudita y Catar. Dentro de la política de “neutralización geoestratégica de países hostiles”, Siria se ha convertido en el blanco número uno del Pentágono. Otra razón para planificar un ataque contra este país, se debe a que es uno de los aliados tradicionales de Rusia en el Medio Oriente.

El convencimiento del agresor de su propia impunidad no puede sino preocupar a los líderes de los países de América Latina y de la Cuenca del Caribe que aprecian su independencia. Hasta gobiernos como los de Colombia, Chile, México, Guatemala y otros que aparentemente siguen la línea de Estados Unidos están contemplando con alarma el renacimiento de los métodos del “Gran Garrote” en la política exterior norteamericana. Los latinoamericanos están comenzando a preguntarse, si Estados Unidos es capaz de bombardean un país situado en un continente remoto, ¿no podría algún día tocarle el turno al territorio al sur del Río Grande, especialmente a Brasil, Argentina o Venezuela?

Mientras las presidentas DilmaRousseff y Cristina Fernández de Kirchner, por ahora reservadamente, conversan sobre la situación que se está gestando en torno a Siria, sostienen que están por la resolución del conflicto a través de negociaciones y por el establecimiento de un diálogo constructivo entre el gobierno sirio y los “rebeldes”. El presidente venezolano Nicolás Maduro es inflexible en sus evaluaciones. En una declaración emanada desde el Ministerio de Relaciones Exteriores el pasado 29 de agosto, “condena firme y decididamente cualquier intento de parte de las potencias imperialistas de lanzar ataques militares contra territorio, sirio teniendo como pretexto el ataque con armamento químico ejecutado por desconocidos el 21 de agosto pasado.”Nicolás Maduro tiene la certeza que el plan imperialista previamente probado en Libia, Irak y otros países que apunta hacia “la conquista de los ricos depósitos petrolíferos de la región y a garantizar mercados para los productos occidentales” a través de la muerte y destrucción, está siendo implementado contra Siria. Maduro claramente caracteriza los métodos de los agresores y sus metas: “Estados Unidos y los países de la OTAN han armado y entrenado escuadrones de terroristas en Siria con el objeto de establecer y conservar el control sobre el país.”

El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela acusa a las potencias imperialistas de poner al mundo entero al borde de una guerra de destrucción de consecuencias incalculables para la humanidad.”

Maduro ya ha advertido en varias oportunidades acerca de la posibilidad de un atentado en su contra al tiempo que se inicia una intervención militar norteamericana en Siria. Los designios de la inteligencia norteamericana son obvios: en medio de una catastrófica escalada de eventos en el frente sirio, la eliminación física de un presidente latinoamericano sería una noticia poco sensacional. Esto quedó demostrado por la detención en Venezuela de dos mercenarios colombianos que habían militado anteriormente en escuadrones de la muerte. Se les confiscó fusiles con miras telescópicas. El líder del grupo y otros ocho terroristas conectados con centros en Miami, Colombia y Costa Rica están en la lista de los más buscados.

La contrainteligencia venezolana no descarta la posibilidad que el Pentágono y la CIA pudieran aprovechar el escenario sirio en Venezuela dada la polarización de las parcialidades políticas que se ha conformado en el país, por un lado pro gobierno (Bolivariano) y la oposición (pro norteamericana).Es importante para que esto no llegue a suceder, hay que impedir la destrucción de la República Árabe Siria.

Teóricamente, los manipuladores de Washington pueden crear un estado de “caos controlado” en cualquier país del Hemisferio Occidental que le echen el ojo. De ahí que los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA de manera unánime expresan su apoyo al gobierno de Bashar al-Assad.

El Presidente boliviano, Evo Morales, constantemente plantea el tema de Siria en sus conferencias de prensa. Él tiene la certeza que Barack Obama está iniciando una guerra tras otra “con el objeto de apoderarse de recursos naturales tales como petróleo y hasta reservas de agua dulce.”

Morales piensa que en las condiciones actuales, Estados Unidos “no puede establecer dictaduras militares” como lo hizo durante un tiempo, de manera que está empleando una estrategia diferente, “provocar conflictos internos en ciertos países con el objeto de tener un pretexto para la intervención”. Eso es lo que está sucediendo en Siria: “Estados Unidos ha estado financiando la confrontación dentro del país a través de Israel y Gran Bretaña y ahora se está preparando para una invasión militar. Tal es la actual estrategia del imperio: ponernos a pelear entre nosotros, dividirnos en grupos antagónicos y organizar la intervención. Esto no lo aceptamos, lo condenamos y lo rechazamos.”

El Presidente de Ecuador, Rafael Correa coincide con Evo Morales. No se cansa de insistir sobre el tradicional pacifismo de Ecuador que rechaza la “injerencia extranjera en los asuntos internos de Siria”, especialmente la intervención militar.” De acuerdo con Correa, ningún país tiene el derecho moral de investirse “la función de juez que determina qué está bien y qué está mal.” Esta posición está claramente documentada en la declaración oficial emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador: “En relación con la posibilidad de un ataque militar contra el territorio de Siria por parte de estados extranjeros, el gobierno ecuatoriano rechaza cualquier acción agresiva unilateral que viole la soberanía de Siria.”

En la medida que se acerca el día en que se inicien ataques misilísticos contra Siria, las declaraciones de los gobiernos latinoamericanos de organizaciones regionales, partidos políticos y destacadas figuras públicas condenan en tono cada vez más duro la agresión norteamericana. ¿Podrá la escala sin precedentes de estas protestas, que emanan no solo de América Latina, detener a Washington? Si no es así, entonces la respuesta siria, la de su aliado Irán y de las secciones armadas de la resistencia árabe no tardarán en manifestarse. Durante el caos que se produciría al producirse la guerra, ni Arabia Saudita ni Catar ni mucho menos Israel serán capaces de evitar las dramáticas consecuencias. Los blancos dentro del territorio israelí hace tiempo que han sido determinados y los pilotos kamikaze sirios e iraníes solo esperan la orden para despegar.

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http://aporrea.org/internacionales/a172936.html

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