Prefacio

El destino de Yuri Mikhailovich Lurie es probablemente, hasta cierto punto, característico de personas talentosas e independientes, cuya actividad creativa alcanzó su punto máximo en el "apogeo del estancamiento". Este es un hombre que se dedica fanáticamente al deporte más valiente, en su opinión, el boxeo. Hace veinticinco años, compró varios pares de guantes de boxeo y literalmente creó una sección de boxeo juvenil en un pequeño pueblo de la nada. El tiempo libre del trabajo, por el que se pagaba el salario, impartía formación a varias decenas de muchachos.

Pasaron bastantes años antes de que comenzara a cobrar por ser entrenador. El entrenamiento intensivo en la sección se alternaba con caminatas y, en ocasiones, trabajo general en campos agrícolas estatales. Este último permitió comprar el material deportivo más necesario e ir a competiciones en algún lugar no muy lejano. Después de un corto tiempo, resultó que entre sus muchachos hay talentos brillantes. Es interesante que después esto siempre se repetía, en cada plató o ciudad nueva, era él quien resultaba tener los alumnos más dotados.

Con el tiempo, quedó claro que esto no fue un accidente, solo que el propio entrenador tiene un talento inusual y sabe cómo encontrar algo en literalmente cada niño que lo ayudará a convertirse en boxeador. Más de una vez, otros entrenadores se rieron de sus intentos de convertir a un niño muy torpe en un boxeador, y de este niño, con el tiempo, creció un maestro de deportes de clase internacional (me refiero a Volodya Demchenko y Kolya Nepochatov). La efectividad de su trabajo con el tiempo se volvió simplemente increíble, hubo momentos en que el equipo juvenil del Territorio de Krasnodar estaba formado principalmente por sus alumnos, y esto es en una región famosa por sus tradiciones de boxeo, una región en la que más de una docena de entrenadores calificados trabajó.

También podemos mencionar otro resultado de su trabajo: entre los empleados del departamento de investigación criminal y el instituto de investigación cerrado, en el simposio científico internacional y en el Estado Mayor, puede conocer personas para quienes la reunión con el entrenador y con el boxeo en gran medida determinaba su vida futura.

Una persona talentosa, independiente y, por lo tanto, incómoda, bueno, cómo podría ser que todo terminara bien para él en esos años. Una acusación absurda y vil, un juicio rápido e injusto, prisión y absolución tardía: todo esto está escrito en el libro.

Con gratitud al primer entrenador, Investigador Principal del Cardiocentro, Candidato de Ciencias Médicas, en el pasado, un ganador repetido de las competencias de boxeo Republicano y de toda la Unión.

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