Expreso del Sur. Viaje de Oruro a Uyuni, Bolivia.
Febrero 2008
Luego de los extenuantes recorridos por Oruro, bajo un ardiente sol a una altura de 3700 metros, no hay nada mejor que una butaca mullida en un vagón del “Expreso del Sur”. El tren parte a las 15:30 horas y a las 22:20 debe arribar a la estación de Uyuni, que es el punto más exótico de mi viaje por el altiplano.
Además del “Expreso del Sur”, por Oruro pasan los trenes de “Wara Wara del Sur” y los de “Internacional”. Pudiera decirse que todas las vías férreas de Bolivia se cruzan en esta ciudad y por ello en la estación puede escucharse el acento característico del habla de argentinos, chilenos, paraguayos y, en ocasiones, brasileños.
Antes de acomodarme en el vagón bajo el agradable aire refrescante del ventilador, para poder abordar tuve que hacer cola acompañado de “comerciantes” locales. No sé exactamente que trasladaban en sus maletas y bultos, pero lo cierto es que tenían una cantidad tal de equipaje que a duras penas alcanzó la capacidad del vagón de mercancías.
Si alguien imagina un viaje en un tren boliviano tal como se presenta en las películas de Hollywood – muchedumbres salvajes de indígenas que colman sucios vagones e incluso los techos – pues no es nada parecido. Todo es completamente civilizado, incluso con sándwiches que ofertan durante el viaje.
Pero para que los turistas puedan tener una idea de cómo es todo esto “en vivo”, les ofrezco varios enfoques acerca del “tema ferroviario”.
El “Expreso del Sur” rodó cierto tiempo prácticamente por las calles de Oruro: sin obstáculos ni señales preventivas.
Me pareció conmovedora la escena de este matrimonio de indígenas y me hizo recordar a nuestros pensionados rusos.
Varios paisajes del altiplano, captados desde la ventanilla del vagón con el tren en marcha. A veces me daba la impresión de que el tren se desplazaba directamente sobre el agua: ¡tal es la cantidad de lagos en estos parajes y todos muy pintorescos!
La señal con el nombre de la estación “Poopó” la filmé especialmente: algunos historiadores consideran que precisamente en esta región se encontraba la legendaria Atlántida.
Quisiera explicar la fotografía que tiene multitud de puntos negros. No es un defecto. Son unos insectos locales bastante impertinentes que atacaron el tren durante 15 – 20 minutos cuando pasábamos el lago Poopó.
Las últimas fotos del ocaso las hice unas tres horas antes de arribar a Uyuni
La pequeña ciudad - “capital” del mayor salar del mundo – recibió al “Expreso del Sur” en profundas tinieblas. Recientemente había habido una tormenta y las lluvias, una vez más, habían dañado la subestación eléctrica.
“Uyuni – es la Siberia boliviana o quizás también Kolymá” – pensé yo. Hasta aquí sólo llegan los más resistentes y persistentes. Y en cuanto a lo de no tener electricidad, pues se puede prescindir de ella…