El presidente brasileño Lula: rumbo hacia Moscú
12 de Mayo de 2010
El líder brasileño ganó merecidamente su prestigio internacional durante los años del dominio en EEUU de los neoconservadores. Washington trataba de asegurar la lealtad del brasileño tanto por la lisonjería (a pesar de ser un socialista, Lula "inspira confianza" sobre el trasfondo de los "populistas gritones", es un garante de la estabilidad en el continente), como por las amenazas mal disimuladas (ya que aparentemente, "el dictador Chávez" tiene la proposición de interceptar el liderazgo de Brasil en la región, apartándolo, a Lula, a la periferia de la política latinoamericana).
Cuando no se logró incentivar al brasileño a la lucha contra "los populistas", se recurrió a los trucos de la propaganda negra. Se elaboraban tramas de la "corrupción" en la cercanía inmediata del presidente brasileño. Lula logró superar estas pruebas, conservando el ranking de la popularidad del 70-80 por ciento según los resultados de los dos períodos presidenciales. Es un índice muy alto.
La administración de Obama trabaja con Lula de una manera más insinuadora, que lo hacían durante la época de Bush, inculcando diligentemente al líder brasileño, que la época de los neoconservadores ha finalizado, la colaboración bilateral de EEUU y Brasil es la llave de la prosperidad para todo el hemisferio Occidental.
Por parte de EEUU siguen gestos impresionantes, dirigidos hacia Brasil. Tomemos, por ejemplo, la reciente promesa del contrato para la adquisición para las Fuerzas Aéreas de EEUU de 200 aviones de la fabricación brasileña "Super Tucano Embraer" (en realidad los norteamericanos simplemente tienen miedo de que los aviones puedan ser vendidos, por ejemplo, a Chávez). U otro ejemplo. Brasil y EEUU firmaron un convenio de colaboración en la rama militar. Un documento ordinario sin concesiones algunas de la soberanía nacional a favor de EEUU, pero inesperadamente en los frentes de la guerra informativa este acuerdo lo comenzaron a presentar como un gran éxito del Pentágono en la creación del sistema de bases militares en América del Sur. En las capitales latinoamericanas creció la preocupación, ¿acaso Brasil realmente aceptó ceder su territorio para una base militar marítima de EEUU?
Pronto se aclaró – nada por el estilo. La colaboración, las consultas, el intercambio de la información, y ningunas "enmiendas secretas". La falsificación fue lanzada por Brownfield, el embajador de EEUU en Colombia, para provocar la ira de Chávez e incitarlo al conflicto con Lula. Una guerra informativa tal, como una guerra informativa.
Brasil, con cada vez más fuerte e influyente en la arena internacional, está condenado a una conducta celosa, o una hostilidad directa mal disimulada por parte de "la única superpotencia global". Hasta ahora el establishment norteamericano no ha encontrado la respuesta a la pregunta "¿Qué hacer con Brasil? Pero la pregunta está planteada de una manera aguda. Por eso recurrieron a la probada estrategia de la amplia presencia militar a lo largo del perímetro de Brasil. Las bases estadounidenses en Colombia, el Perú, Paraguay, Surinam, en algunos estados isleños en el mar Caribe, "la reanimación" de la Cuarta Flota de EEUU, que patrulla principalmente en las cercanías del bajío brasileño, cuyas entrañas guardan enormes yacimientos de petróleo, comparables con las reservas de "la Faja del Orinoco" venezolana…
Últimamente se reforzó palmariamente la actividad de inteligencia de los norteamericanos en "la dirección brasileña". Han sido atraídos los últimos medios del control técnico, creció considerablemente el número de los centros de espionaje de los servicios secretos de EEUU en Brasil. Muchas actividades de los agentes norteamericanos, elaboradas bajo la bandera de la lucha contra "el radicalismo" y "el populismo" en otros países del continente, están orientadas de hecho a una intervención disimulada en los asuntos internos de Brasil. En Washington prestan una especial atención a la Amazonia, la principal reserva de los recursos acuáticos y biológicos en el hemisferio Occidental. En los escenarios de la intervención directa de EEUU en los asuntos de Brasil, figura la tesis sobre la inaplazable "defensa de la Amazonia, el pulmón del planeta y el principal recipiente de agua potable, de la explotación destructora del hombre y el estado".
Sin embargo es con cada año más difícil la tarea de la subordinación del gigante sudamericano a los intereses geopolíticos de EEUU. Brasil está finalizando el proceso de la conversión en un centro mundial de fuerza. Y por esta razón está interesado como nunca en las relaciones multilaterales con Rusia, el hecho, sobre el que declaraba en numerosas ocasiones el presidente Inasio Lula da Silva.
Se siente más y más la necesidad en proyectos conjuntos brasileño-rusos en tales ramas, como el átomo pacífico, el cosmos, la construcción de la aviación, la energética, las nanotecnologías. Requieren la concretización las ideas de perspectiva en la esfera de la colaboración técnico-militar. Con mayor frecuencia Lula está hablando últimamente sobre la necesidad de reforzar el potencial defensivo-militar de su país para garantizar la seguridad de sus fronteras, extendidas a lo largo de 23 mil kilómetros, de los yacimientos petrolíferos y los bosques de la Amazonia.
Así que Lula da Silva tendrá qué discutir con el presidente Dmitri Medvédev en el transcurso de su visita oficial a Moscú los días 13-14 de mayo. Existen todas las premisas para contar con la eficacia de este encuentro.