Falleció el famoso artista plástico venezolano Jesús Soto

23 de Enero de 2005
El artista plástico venezolano Jesús Soto, uno de los abanderados del arte cinético, murió en París a los 82 años, con lo cual se cierra un capítulo en la historia de la pintura marcado por su huella, señala Prensa Latina.
Nacido en 1923, se inició dentro de la corriente figurativa y fue evolucionando hacia el cubismo y la abstracción geométrica, indagó en la fenomenología del color y, amigo a la experimentación a la que se entregó sin reservas, construyó obras enriquecidas con sonido y luz.
Concebidas pensando en el espectador, este llegaba a constituirse en un elemento interactuante indispensable en sus piezas.
Oriundo de Ciudad Bolívar, estudió en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas de Caracas de 1942 a 1947, y en 1950 viajó a París, donde entabló una relación dinámica con las vanguardias. Desde entonces vivió entre Francia y Venezuela.
Deudor de Cézanne, Mondrian y Malevitch en su etapa inicial, a principios de la década de 1950 incursiona en el cinetismo con un primer experimento: separa fondo y forma mediante una pieza de plexigas, distante unos 10 centímetros de otra de madera. Las unen dos varillas metálicas.
De aquellos tiempos son La cajita de Villanueva y Espiral con plexigas. A mediados de los años 50, junto con Agam, Tinguely y Pol Bury fija los principios que sustentan el cinetismo.
De ese período datan también sus esculturas móviles trabajadas con varillas de las que cuelgan hilos de nailon, con una trama de fondo. El artista juega con la percepción óptica del espectador, nunca estático frente a sus piezas.
Su mayor logro, según los especialistas, es haber materializado la visualización del movimiento y la luz.
Sus obras están dispersas por el mundo y entre ellas sobresale la serie de los Penetrables, con el espectador sometido a su voluntad y sus seducciones.
También es autor de los murales del edificio de la Unesco, el Volumen virtual del Centro Pompidou, ambos en París. Las obras de Soto pueden verse en espacios públicos de Alemania, Japón, Venezuela, entre otros; y durante su vida expuso en los más importantes museos de arte contemporáneo del mundo.
En Ciudad Bolívar, emblemática por su importancia en la guerra de Independencia venezolana, funciona desde 1973 el Museo Soto, la institución que recoge el legado del maestro y que desde ahora será lugar de peregrinación para todos aquellos que se nieguen a olvidar el aporte de uno de los más importantes artistas plásticos venezolanos. Pero donde seguramente su obra se revela en todo su esplendor es en su región natal, Guayana. Allí la obra de Soto, muchas veces ejecutada con materiales industriales y tecnología de punta, adquiere una nueva dimensión en franco contraste con el poderoso paisaje guayanés. El hierro y el aluminio en estado puro de las minas de la zona se reflejan en estos mismos minerales trabajados por el artista para conferirles una nueva significación.
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