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Georradar "made in Chile" detectó donde estarían joyas y monedas

26 de Septiembre de 2005
La isla Robinson Crusoe del archipiélago Juan Fernández (Foto: www.Tiwy.com)
Tras años buscando el mítico tesoro que escondería la isla Robinson Crusoe del archipiélago Juan Fernández, un grupo de profesionales asegura haber encontrado no uno sino tres tesoros, con una cantidad indeterminada de joyas y monedas de oro y plata, que estarían enterradas allí desde principios del siglo XVIII.

El hallazgo lo hizo un grupo de profesionales de la empresa chilena Wagner, la que creó un moderno georradar que ha sido utilizado para rastrear terrenos en la ex Colonia Dignidad, que fue denominado "Arturito".

Después los profesionales se trasladaron hasta Juan Fernández para probar las bondades del georradar.

En dos días, y tras rastrear toda la isla, pudieron ubicar tres sectores donde habría tesoros escondidos. Uno de ellos se ubicaría en el sector de Tres Puntas, ubicado al noroeste de la isla y a unos 400 metros de la costa.


Tras el hallazgo, regresaron prontamente a Santiago para iniciar los trámites que permitan desenterrar los tesoros. El Código Civil señala que cuando se encuentran, debe repartirse entre quienes lo hallaron y el propietario del terreno, que, en este caso, es el Estado. El archipiélago Juan Fernández fue declarado parque nacional en 1935 y reserva mundial de la biósfera en 1977.

El tesoro había sido intensamente buscado por Bernard Keiser, un historiador norteamericano que desde 1998 ha invertido casi un millón de dólares realizando excavaciones en Puerto Inglés (muy cerca de la cueva de Robinson Crusoe) en busca de un tesoro supuestamente enterrado alrededor de 1715 por el navegante español Juan Esteban Ubilla y Echeverría, y luego desenterrado y vuelto a enterrar por el marino inglés Cornelius Webb. El tesoro consistiría en unos 600 barriles con monedas de oro, avaluado nada menos que en unos US$ 10 mil millones.

El posible hallazgo del mítico tesoro de la isla Robinson Crusoe tiene a sus habitantes más que esperanzados. Aunque la noticia no alcanzó a alterar el ritmo de una comunidad acostumbrada a escuchar sobre baúles con oro y joyas, ya se cifran grandes expectativas. Y en algo concuerdan casi todos: parte de ese tesoro debe quedarse en la isla. "No queremos plata en efectivo, queremos adelantos", dice la concejala Jimena Green, mientras pide un hospital para la isla. Las preferencias de Hugo Arredondo, presidente del sindicato de pescadores, van por un muelle que permita mejorar la pesca de langosta y así abastecer a la oleada de turistas que llegará tras la noticia.


Ramón Baeza, presidente de la Cámara de Comercio y Turismo, incluso, propone realizar un plebiscito para ver qué hacer con el dinero que podría asignarles el Estado tras el hallazgo, que califica como "un regalo caído del cielo". A su juicio, la prioridad es subvencionar los pasajes desde y hacia el continente.

Todos concuerdan en que de confirmarse la aparición del tesoro, que habría sido enterrado por piratas hace cuatro siglos, significaría un gran impulso para el turismo y la fama de la isla.

La noticia causó incredulidad, primero, y tristeza, después. Todos, casi sin excepción, tienen una palabra de apoyo para Bernard Keiser, quien durante más de cinco años buscó un fabuloso tesoro en Puerto Inglés, invirtiendo casi un millón de dólares. "Me da tristeza por él y por la gente que trabaja con él. Que alguien llegue de pronto y lo encuentre, después de todo el tiempo que invirtió en esto, es una pena", explican.

Millonario norteamericano dice que esta noticia es estrategia publicitaria. Bernard Keiser, aunque está completamente convencido de la existencia de un tesoro en la isla, al punto que desde 1999 vive seis meses al año en ella excavando en busca de los 800 barriles de oro y joyas enterrados por piratas ingleses en el siglo XVIII, se muestra escéptico. Y por cierto entrega sus argumentos.

"Es absurdo. Yo no soy un experto, pero sé mucho de máquinas geofísicas y es muy difícil lo que dicen. Si en un día el robot encuentra tesoros en tres lugares, no sólo es raro. ¿Es verdad? Si es así de fácil, ¿por qué no encuentran todo el oro, los diamantes y el petróleo del mundo?", dice Keiser, con más preguntas que respuestas.

Para él, simplemente se trata de "un engaño, una forma de promoción para la máquina o la empresa, posiblemente para vender acciones o atraer algunas inversiones".

Keiser también discrepa del lugar donde habrían sido encontrados los tesoros -uno de 800 toneladas y dos de entre 30 y 50 toneladas-, que estarían avaluados en US$ 10 mil millones. Aunque la empresa no ha confirmado ni rechazado las versiones entregadas en la isla, el principal se encontraría en el sector de Tres Puntas, a unos 400 metros de la línea costera.

"Es imposible estacionarse en barco en ese punto y además en el lugar no existe playa. Cómo vas a desembarcar 800 toneladas de oro en un lugar donde el mar es tan peligroso. De verdad, ojalá lo encontraran, porque yo no soy celoso, pero para mí es un poco tonto".

Keiser regresará mañana a la isla para continuar su búsqueda en Puerto Inglés por otros seis meses, luego que la Conaf, la Conama y Monumentos Nacionales le extendieran el permiso de excavación por otros 5 años.

(“El Mercurio de Valparaíso”, Chile)
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