«Turismo de terror» en Margarita

24 de Febrero de 2003
«Turismo de terror» en Margarita. Foto de Tiwy.com
Definitivamente los margariteños no pegamos una. No basta que en las islas de Margarita, Coche y Cubagua haya playas, paisajes y monumentos (históricos y corporales) como para que el turista más exigente salga extasiado.

No es suficiente que la comida sea exquisita, además de afrodisíaca, que el clima brinde su calidez y la gente su amabilidad, simpatía e ingenuidad. Ni siquiera se toma en cuenta la cordialidad que impera en estas islas, ajenas a la diatriba caraqueña, a las marchas, contramarchas y confrontaciones políticas que se producen en otras regiones de la república.

Nada de esto se considera relevante a la hora de excluir nuestras Antillas de los destinos turísticos con mayores atractivos en el Caribe. El argumento falaz consiste en señalar que Margarita es parte de Venezuela y este país es un volcán de conflictos políticos y sociales a punto de estallar y llevarse por el medio a todo el que se encuentre cerca.

Cuando los turistas extranjeros: europeos, canadienses o norteamericanos, intentan visitarnos, siempre hay alguien, un vocero del Departamento de Estado, de las agencias de turismo o de las cadenas noticiosas, que reporta que en Venezuela se vive una situación caótica.

Los representantes de la ley, el orden y las buenas costumbres recomiendan entonces que ningún turista desprevenido venga a Venezuela, salvo que sea en misiones de salvamento, como observadores de Naciones Unidas o fotógrafos de guerra en busca de imágenes truculentas.

Mientras tanto en Nueva Esparta los hoteles, restaurantes y demás establecimientos turísticos se quedan con los crespos hechos. Los vuelos internacionales de itinerario se cancelan y los charters son pospuestos para oportunidades futuras.

Las tablas de windsurf en playa El Yaque yacen inmóviles en la arena, con la velas exangües, ávidas de viento y mar.

Por si fuera poco, ahora circulan versiones sobre campos de entrenamiento para terroristas en Margarita. Naturalmente la noticia es falsa y sólo un idiota pudiera creer que es verdad. Pero, en caso de ser cierta, se podrían organizar excursiones completas o “full day” para los corresponsales de agencias noticiosas, miembros de la DEA, la CIA y el FBI, interesados en localizar los campamentos en cuestión. O sea, turismo de terror (agarrando, aunque sea fallo). (“Últimas Noticias», Augusto Hernández

àugusther@cantv.net)
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