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Chile: Reforma Neoliberal a las Pensiones

25 de Enero de 2008
Chile: Reforma Neoliberal a las Pensiones
El sistema de pensiones de Chile, basado en cuentas individuales obligatorias, administración privada y y el rol subsidiario del Estado, está nuevamente en la vitrina internacional.

El 4 de noviembre del 2005 se cumplieron 25 años desde la creación en Chile el sistema neoliberal de pensiones, cuya principal característica fue la creación de las llamadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

Esta experiencia pionera en su tiempo parecía tan exitosa que originó una revolución mundial de las pensiones. Dicen que treinta países ya han seguido el modelo chileno y 120 millones de trabajadores son propietarios de una cuenta de ahorro para la vejez.

Pero el modelo "exitoso" no lo fue tanto. El Gobierno y la propia Asociación de AFP’s han admitido que la mitad de los afiliados al sistema no alcanzará a ahorrar en su cuenta individual lo mínimo para alcanzar siquiera una pensión básica cuando llegue el momento de su jubilación: casi 50% de los afiliados a las AFPs recibirían una jubilación menor a la asistencial, que bordea los 40 mil pesos mensuales.

En la actualidad, alrededor de un 80 % de los adultos mayores y más del 90 % de los mayores de 70 años está cubierto con algún tipo de pensión –extraordinariamente miserable- con recursos públicos.

El sistema castiga fundamentalmente a las mujeres, quienes presentan las mayores interrupciones en el pago de las cotizaciones mensuales que acumulan a lo largo de su vida laboral, de la cual deben desertar en muchos casos por el cuidado de los hijos.

Los trabajadores independientes quedaban fuera del sistema.

En contraste, las seis AFP que funcionan en Chile exhiben una alta rentabilidad, de casi un 25% en los últimos 12 años.

La nueva ley introduce modificaciones al sistema privado de pensiones.

"Quién iba a imaginar hace 27 años, cuando se crearon las AFP, que iba a llegar un día como éste, en que el Estado asume su rol de protector de quienes más lo necesitan y genera condiciones para una vida con menos incertidumbre", dijo la presidenta chilena Michelle Bachelet en un mensaje en cadena de radio y televisión.

La reforma mantiene a las AFP, pero crea un pilar solidario con aporte estatal que se hará cargo de entregar pensiones básicas al 60% de la población de menores ingresos.

Bachelet, obtuvo un importante triunfo político. Fue luego de que la Cámara de Diputados, en la que perdió recientemente la mayoría, sancionó la reforma del régimen previsional, un proyecto emblemático de su gobierno.

Por 107 votos a favor y de forma unánime, la Cámara de Diputados de Chile aprobó 16.01.08 la más importante reforma al sistema previsional chileno, iniciativa que fue el principal compromiso de campaña electoral de Bachelet.

Un fuerte papel del Estado mediante un aporte solidario que incrementa las pensiones más bajas. Aquellos que no han cotizado nunca podrán recibir, a partir del 1 de julio de 2008, una Pensión Básica Solidaria de 60 mil pesos (unos 120 dólares), que aumentará a 75 mil (150 dólares) en la misma fecha del 2009. El actual monto del beneficio no supera los 60 dólares.

Por otra parte, aquellos que sí hayan cotizado pero, aun así, no lleguen al monto de imposiciones necesario para obtener una pensión por jubilación recibirán un Aporte Previsional Solidario que alcanzará las mismas cantidades.

La ley establece también que las mujeres que cumplan 65 años recibirán una bonificación adicional por cada hijo nacido vivo.

El proyecto, que tiene un costo anual de casi 2.000 millones de dólares, beneficiará directamente a más de 800.000 personas.

Esta iniciativa es la mayor reforma social del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet y el cambio más importante del actual sistema de AFP desde que se creó, en 1980.

En cuanto al funcionamiento de las AFP, la reforma garantiza una mayor competencia entre ellas, cosa que hoy no ocurre, repercutiendo en un aumento de los costos que ellos cobran a su afiliados (de entre un 10 y un 30%).

Las modificaciones al funcionamiento de las AFP buscan aumentar su competitividad y regular el funcionamiento de estas instituciones a las que están obligados a afiliarse los trabajadores desde hace 25 años, con una cotización mensual que oscila entre el 10 y el 13 por ciento del salario mensual. Las AFP invierten esos recursos en acciones y bonos, tanto en Chile como en el extranjero.

El ministro del Trabajo y Previsión Social, Osvaldo Andrade, destacó que con esta reforma "estamos reconociendo a la gente el derecho a tener pensión. Antes la pensión dependía de lo bien o mal de lo que a la persona le iba en la vida, ahora depende de su condición de ciudadano. Ese es el sello de este gobierno, de la forma en que encara la política. La política empieza desde las personas, desde los derechos de ella".

El único revés que sufrió el proyecto del gobierno fue el rechazo del Parlamento a la participación de la banca estatal en el sistema de administración de pensiones. El proyecto original del gobierno incluía la creación de una AFP estatal - el mecanismo mediante el cual el Estado puede participar en la actividad previsional, con la creación de una filial de BancoEstado.

Ese es el mecanismo adecuado y por lo tanto una vez que los beneficios de la reforma se estén pagando a partir del 1º de julio, el gobierno de Bachelet va a insistir con esta fórmula.

Dijo Bachelet que esta reforma "beneficia a todos los sectores, porque se preocupa por igual de trabajadores, pensionados y dueñas de casa; de adultos mayores y jóvenes; de trabajadores independientes y de trabajadores con contrato; de personas de sectores pobres y también de la clase media; de hombres y mujeres".

La Presidenta socialista reconoció que esta reforma al sistema de pensiones pudo ser aprobada gracias al apoyo de todos los sectores políticos, incluyendo a la oposición de derecha.

Pero, al juicio de la oposición chilena de izquierda, la Concertación nuevamente hecha por la borda la posibilidad de una modificación sustancial al actual sistema previsional. Las Administradoras de Fondos de Pensiones se han convertido en uno de los sectores económicos con enormes ganancias. La Presidenta Bachelet incorpora en la comisión a cargo de esta reforma a importantes figuras del pensamiento neoliberal. La gran mayoría de estos asesores provienen de centros de estudios íntimamente ligados al gran empresariado. Los trabajadores quedaron sin representación.

Esta reforma no respeta la libertad individual, pues no permite la elección entre un sistema privado de pensiones y uno público. El país condena a la mayoría de los chilenos a enriquecer a las AFPs o recibir la pensión básica solidaria, equivalente a $60.000, a partir de 2008. (4 dólares diarios en un país donde el arriendo de una vivienda promedio vale 6 dólares al día).

Es muy difícil que en ese contexto se logren avances importantes para los trabajadores, sobre todo si no se contemplan reformas económicas estructurales, especialmente en el mercado laboral. Si sólo un 30% de los puestos de trabajo en Chile son catalogados como "decentes", si el 80% de los chilenos obtiene mensualmente menos de 300 mil pesos y si los empleadores no pagan las cotizaciones de sus trabajadores, porque la Inspección del Trabajo no puede fiscalizar, cualquier modificación al sistema de las AFPs no tendrá éxito.

El dirigente de los trabajadores bancarios de Chile, Luis Mesina, al enterarse de los resultados de la discusión y resolución senatorial enfatizó que “el gobierno y el sistema de partidos políticos no tienen la voluntad política para establecer una auténtica política de seguridad social. La reforma previsional, finalmente, sólo blinda los intereses oligopólicos en manos de compañías transnacionales que están tras las AFP’s*, cuando lo que urge es discutir democráticamente, con los trabajadores, un proyecto de seguridad social que garantice una vejez digna luego de haber laborado toda la vida.”

Esta nueva situación no hace más que confirmar la trama profunda que digita al bloque en el poder (Concertación y Alianza por Chile), indistintamente, donde la Presidenta socialista Bachelet y el poder legislativo son simples conductores y expresión de los intereses del capital y la clase minoritaria. El segundo tiempo del cuarto gobierno de la Concertación , más allá de los “cambios” de gabinete (los mismos en otros cargos), los discursos pseudo populistas en vísperas de las elecciones municipales de fines de 2008, y donde el 5 % más rico de la población obtiene un ingreso 220 superior al 5 % más pobre, revela una vez más, su contenido burgués, meramente administrativo y en creciente estado de crisis.


* La principal AFP, Provida, está asociada al Banco BBWA y la Cámara Chilena de la Construcción ; la AFP Habitat al Citibank; la AFP Bansander al Grupo Santader (institución que concentra las mayores tasas de ganancias del sistema financiero); La AFP Cuprum al Grupo Pentam; la AFP Santa María a ING Group; y la AFP PLanVital a la Banca de la Svizzeri Italiana.


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