La enfermedad de Hugo Chávez y las malas jugadas
7 de Febrero de 2013


De acuerdo con las circunstancias, todo quedó claro con el problema. El Tribunal Supremo de Justicia de un estado soberano había tomado una decisión. Cuestionar esta decisión durante una sesión de la OEA constituye una abierta interferencia en los asuntos internos de un estado. Aun más, el embajador de Panamá, Guillermo Cochez, según la Carta Democrática Interamericana, expresó dudas acerca de la legitimidad de las acciones del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela. Luego explicó que había en el Hemisferio Occidental un país que no cumplía con las normas democráticas. Según Cochez, la democracia es de primordial importancia y existía un país que marchaba a contramano de los principios básicos de la constitución de la OEA. Estas expresiones se parecían mucho a las esgrimidas cuando Cuba, bajo la presión de Estados Unidos, fue expulsada de la organización. Todo indica de manera inequívoca quien exactamente estaba detrás de los ataques del embajador contra Venezuela y contra los estados de América Latina que rechazan la hegemonía de Estados Unidos.
Cochez comparó al gobierno bolivariano con las pasadas dictaduras de Stroessner, Batista, Trujillo y Somoza. Según el embajador panameño, los asuntos internos, incluyendo los problemas de salud de los altos dirigentes deben –en las verdaderas democracias—ser discutidos ampliamente. Puso en duda que el pueblo venezolano estuviera recibiendo información verídica y confiable acerca del estado de salud de Chávez. Conminó a sus colegas a adherirse a los principios antes mencionados al tiempo de tratar el problema con el objeto de evitar ser cómplices en las violaciones a la Constitución de Venezuela.

Chaderton puso en duda que el gobierno de Panamá haya aprobado previamente la intervención de Cochez. Y enfatizó que “yo deseo hablar con el dueño del circo y no con un payaso.” Sin duda alguna que el diplomático venezolano quiso decir Estados Unidos cuando se refirió al dueño del circo.
Durante más de tres años Cochez ha estado constantemente cuestionando a la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América, ALBA en la Organización de Estados Americanos. Su actuación no concuerda con los intereses de la política exterior de Panamá sino más bien con aquellos de los norteamericanos (léase Estados Unidos y Canadá). Cochez, hasta ahora había logrado salirse con la suya con sus malas jugadas, pero esta vez no solo ofendió a Venezuela sino también atacó a José Miguel Insunza, estadista y político chileno que actualmente es el Secretario General de la OEA quien, según Cochez, facilita las tendencias destructivas dentro del organismo internacional.
Al día siguiente, el embajador de Panamá ante la Organización de Estados Americanos, OEA fue despedido por el Presidente de Panamá, Ricardo Martinelli. Trascendió que el funcionario había recibido instrucciones de su gobierno de abstenerse de disputar con el embajador de Venezuela y los representantes del ALBA. El Ministro de Relaciones Exteriores de Panamá, lo instruyó en ese sentido por teléfono y por escrito. Rara vez se le había instruido en qué hacer de manera tan detallada. Obviamente que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá recibió información en torno a que el Departamento de Estado quería utilizar a Cochez para provocar controversia en torno al “problema venezolano.”
Cochez ignoró las instrucciones que le envió su gobierno y en realidad confirmó el hecho que él considera al Departamento de Estado como su principal empleador. De otra manera es difícil explicar porqué el diplomático panameño brindó su apoyo a la oposición radical venezolana en entrevistas con periódicos como El Universal, El Nacional y la red televisiva Globovisión sin reparar en su vocabulario. (dijo que Chávez estaba “totalmente paralizado”, “agonizando” e “incapacitado”).
Inmediatamente luego de ser despedido, Cochez participó en la difusión de un falso video que supuestamente muestra a Chávez en una mesa de operaciones. Difícilmente se trata de una improvisación.
El periodista independiente italiano, Tommaso De Benedetti vio en el año 2008 un video en YouTube que mostraba a un hombre parecido a Chávez sobre una mesa de operaciones. El periodista lo reprodujo y trató de venderlo a algunos periódicos europeos. El periódico español El País que ha estado librando una guerra contra “el régimen de Chávez”, mordió el anzuelo. Los editores del periódico sostienen que comprobaron la autenticidad de las fotos. Ellos consultaron al escritor y columnista venezolano, Moisés Naim que vive en Estados Unidos y a la bloguera cubana Yoani Sánchez quién es bien conocida por su colaboración con la CIA . Estas personas que han dedicado sus vidas a la lucha contra las “dictaduras” en Venezuela y Cuba ¿podrían ser imparciales? Confirmaron la autenticidad de las fotos y El País publicó la supuesta foto de Chávez en primera página. Eso era exactamente lo que se necesitaba. El hecho es que los servicios especiales norteamericanos normalmente utilizan a El País, a El Mundo, a ABC y a otras importantes fuentes de materiales en castellano dirigidos hacia hispano América.

Miami es el lugar donde residen los opositores radicales del gobierno bolivariano. José Rafael Marquina, un impostor que se hizo pasar por médico de cabecera de Chávez, difunde por todos lados especies en torno a la enfermedad del Presidente, su estado de salud y perspectivas de recuperación. Sus ingresos en Twitter lo han popularizado entre los círculos que se ocupan de lanzar ataques desinformativos contra Venezuela.

El Presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, comentando sobre la visión formal de la manera en que se destaca la enfermedad de Chávez, señaló que la mejor manera de no causar ansiedad en el pueblo es decir la verdad. La oposición desea que el presidente esté en problemas. Es por eso que ellos ponen en duda todo lo que viene de fuentes oficiales. Agregó que la oposición tiene una gran experiencia en fraguar cuentos con el objeto de desmoralizar al pueblo y a los chavistas. Cabello informó a Chávez sobre las concentraciones de apoyo a la Revolución Bolivariana y a su presidente cuando lo visitó en la Habana. Chávez instó a sus seguidores a no relajar la vigilancia debido a las conspiraciones orquestadas por el Imperialismo y las fuerzas de la derecha. Señaló que la mentira debe ser derrotada por la verdad.
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