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La conspiración en Venezuela o la Plaza Independencia con sesgo latinoamricano

Nil Nikandrov - http://www.strategic-culture.org
Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
25 de Febrero de 2014
La conspiración en Venezuela o la Plaza Independencia con sesgo latinoamricano
No han cesado los intentos por desestabilizar Venezuela a pesar de los esfuerzos del gobierno de Nicolás Maduro de iniciar un diálogo con la oposición. El último intento por poner a prueba la fortaleza de carácter del régimen fue la manifestación opositora del pasado 12 de febrero frente a la Fiscalía General de la Nación en el centro de Caracas. Dentro de las exigencias de los manifestantes estaba la liberación inmediata de los manifestantes detenidos por su participación en los disturbios callejeros en ciudades del Táchira y Mérida y elecciones anticipadas.

Durante los motines, piedras y cócteles Molotov llovieron sobre la policía. Varios vehículos policiales fueron quemados. Grupos de jóvenes iniciaron un ataque a las puertas de la Fiscalía General de la República, llenaron de basura las entradas de la estación Parque Carabobo del Metro y los recorridos de un parque infantil cercano. Muchos de los atacantes usaban máscaras y chalecos antibalas y portaban cabillas. Algunos también portaban armas de fuego, pero aun en lo más álgido de la confrontación la policía solo empleó balas de goma y gas lacrimógeno.

Leopoldo López

La violenta manifestación fue organizada vía Internet por el grupo opositor Voluntad Popular. Su líder, Leopoldo López, desde hace tiempo es un declarado creyente en el derrocamiento por medio de la fuerza del régimen vigente. El Fiscal General emitió una orden de arresto en su contra. Según parece, López pasó a la clandestinidad con el objeto de huir hacia Estados Unidos –es bien sabido que él colabora con la CIA. Igualmente, se emitió otra orden de detención contra el vicealmirante retirado, Fernando Gerbasi, ex embajador de Venezuela en Bogotá. Este ex oficial encabezó la organización de disturbios en territorios fronterizos con Colombia. Los participantes en los ataques contra la policía e incendio intencional contra las instituciones del estado figuran en la lista de buscados.

Resultan obvios los paralelos entre los eventos de este mes del 2014 con los intentos de derrocar al Presidente Hugo Chávez en abril del 2002. En ese momento, las masivas manifestaciones populares y el oportuno accionar de los militares que se mantuvieron leales al presidente aseguraron la rápida neutralización de los rebeldes. Los medios venezolanos han escrito muchísimo acerca de la similitud entre las “espontáneas protestas” en Venezuela y aquellas de la Plaza Independencia (Maidan) en Kiev, Ucrania.

Los servicios de inteligencia norteamericanos en Venezuela emplean estudiantes y paramilitares colombianos y miembros de agrupaciones militantes que participan en la “limpieza” de los territorios controlados por las guerrillas de las FARC y el ELN como carne de cañón. Actualmente, los paramilitares se están trasladando a través de la frontera hacia los estados venezolanos del Zulia, Barinas y Mérida mezclándose con las comunidades colombianas y esperan la orden para avanzar. En el mes de noviembre del 2013 el periodista José Vicente Rangel, en su programa televisivo “Confidencial” describió los preparativos para la realización de operaciones subversivas en Venezuela. Durante un reciente viaje a Miami, Leopoldo López visitó un centro de entrenamiento de combatientes en Los Cayos, dirigido por inmigrantes cubanos. Un grupo de “cadetes” venezolanos demostró a López sus habilidades disparando. Fotografías del Presidente Maduro se empleaban como blancos. López prometió suministrar fondos para entrenar a más francotiradores con el objeto de asegurar el “restablecimiento de la democracia y la libertad” en Venezuela. También aquí en Miami funciona un centro de telecomunicaciones entre los conspiradores venezolanos y los servicios de inteligencia norteamericanos. El lado venezolano de la conspiración incluye al ex ministro de la defensa, Narváez Churión y a ex agentes de la represora DISIP de los tiempos de la Cuarta República.

La situación en Venezuela es complicada debido a la incesante guerra económica y financiera planificada desde Estados Unidos. Los robos de productos alimenticios en la cadena Mercal de almacenes del estado y que luego son vendidos en el mercado negro a precios artificialmente altos, se han hecho más frecuentes. El contrabando de exportación causa un enorme daño a la seguridad alimenticia del país. Cientos de organizaciones mafiosas están operando en la extensa frontera con Colombia transportando productos subsidiados por el gobierno venezolano hacia territorio colombiano. Cantidades colosales de gasolina, combustible diesel, lubricantes, neumáticos y repuestos automotrices están siendo exportadas y en muchos casos la gasolina ni siquiera alcanza a llegar a las estaciones de servicio en territorio venezolano. Paramilitares brindan seguridad a las operaciones de contrabando, incluso al extremo de eliminar físicamente a personal venezolano militar y de aduanas destacado para el resguardo de la frontera.

Los venezolanos están acostumbrados al generoso paternalismo del estado: atención médica gratuita, masiva construcción de “viviendas populares” y un sistema escolar gratuito, además de miles de becas estatales para aquellos que buscan adquirir conocimientos en universidades extranjeras. Sin embargo, en estos últimos meses, la euforia consumista a menudo ha sido afectada negativamente por diferentes tipos de interrupciones del servicio eléctrico, suministro de agua potable, escasez de productos alimenticios y otros. Todo esto es producto del sabotaje deliberado organizado en la clásica tradición de la CIA. No es por nada que el popular presentador, Walter Martínez, del programa televisivo Dossier, mostró a sus televidentes cómo se derrocó al gobierno de Salvador Allende en Chile el año 1973 golpe planificado con la participación de la corporación norteamericana ITT. Los conspiradores fueron especialmente meticulosos en la planificación del sabotaje comercial y en la creación de una demanda especulativa de todos los productos. Los métodos empleados para desestabilizar Venezuela hoy en día son una repetición exacta del escenario chileno que finalmente desembocó en una sangrienta masacre y la dictadura de Pinochet.

Se ha acumulado mucho odio contra Venezuela. La amenaza de guerra civil está siendo discutida en los medios de prensa. Con ese telón de fondo, el Presidente Maduro continúa pacientemente abogando por el diálogo, la búsqueda de la comprensión mutua y una distensión nacional. En este caso, uno no puede dejar de mencionar la destructora influencia de personas conectadas con círculos sionistas en Estados Unidos e Israel sobre la situación. Ellos controlan el sistema bancario y comercial y tienen muy infiltrados a los medios venezolanos promoviendo actos de “protestas civiles”, creando un clima de terror psicológico respecto a las figuras del alto gobierno. Prácticamente todos los clichés hostiles que fueron utilizados en la propaganda sionista-norteamericana contra Hugo Chávez, ahora se emplean contra Maduro.

Los venezolanos cuentan con dinero pero el consumo se está haciendo cada vez más difícil. Hasta la adquisición de pasajes aéreos para pasar unas vacaciones en el extranjero se ha tornado un problema. Los medios de prensa venezolanos, en un 80 por ciento controlados por la oposición culpan al Presidente Maduro y a sus seguidores por este “malestar generalizado”. Supuestamente, el “experimento socialista” se les ha ido de las manos, en circunstancias que ni Chávez ni Maduro han tocado los principios de la economía capitalista. De hecho, no es porque no se atrevan, sino porque ellos comprenden que sería prematuro tomar medidas radicales, especialmente luego del intento de modificar la Constitución nacional con el objeto de facilitar las metas de las reformas socialistas. El referéndum sobre este tema demostró que alrededor de la mitad de los votantes estaban en contra de la idea. No hubo tampoco consenso entre las filas del partido de gobierno, el Partido Socialista Unido de Venezuela. La decisión de Chávez de llevar adelante su programa de reformas socialistas gradualmente a ritmo moderado nunca fue implementado debido a su prematuro fallecimiento.

La propaganda contra el gobierno, coordinada por los centros de subversión norteamericanos, está explotando a fondo la teoría del crecimiento de la corrupción en el país en complicidad con la “burguesía roja bolivariana.” Este esfuerzo está dirigido primero que nada contra los ex asociados de Chávez los cuales han cerrado filas en torno a Maduro, manteniéndose leales a la ideología bolivariana y a su triada Pueblo – Ejército – Líderes. La CIA y sus asesores de publicidad están tratando de arrastrar a esa juventud donde resuena la propaganda de “guerra a la corrupción” a formar barricadas. La coordinación de estas actividades se lleva a cabo a través de varios canales, aunque todo desemboca en la embajada norteamericana en Caracas.

Phil LaidlawComparando a Kelly Keiderling, quien fue denunciado por la contra inteligencia venezolana como coordinador de las operaciones subversivas en el país, el actual Encargado de Negocios norteamericano, Phil Laidlaw, también agente de carrera de la CIA, demuestra tener más imaginación en sus intentos por agitar una revolución de colores en Venezuela lo cual posteriormente devendría en una guerra civil. Por iniciativa de Laidlaw, se publicaron en Internet “cartas de solidaridad” de “activistas de la Plaza Independencia-Maidan dirigidas hacia los estudiantes venezolanos: ¡Nosotros admiramos su valentía! ¡La libertad y la democracia primero!” No sorprendería a nadie que en un futuro cercano el Sr. Laidlaw organizara el despliegue de varios destacamentos de combatientes de la Maidan de Kiev en alguna base secreta de la CIA en Venezuela para ayudar en la lucha contra “la dictadura de Maduro.”

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http://aporrea.org/oposicion/a182866.html

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