México: Tres pescadores "vuelven a nacer" tras nueve meses de naufragio

17 de Agosto de 2006
Se dio a conocer el rescate de tres pescadores mexicanos cerca de las islas Marshall, próximas a Australia, tras haber pasado nueve meses perdidos en el Océano Pacífico.

Alegría que se traduce en risas, pero también en lágrimas y en reiterados agradecimientos a Dios en voz alta, es el ambiente que priva entre los familiares del pescador nayarita Lucio Rendón, quien junto con otros dos compañeros de oficio, fue rescatado hace seis días cerca de Australia, después de permanecer al menos nueve meses a la deriva en aguas del océano Pacífico.

Lucio, quien cuenta con 27 años de edad, se encontraba desaparecido junto con sus compañeros, Salvador Ordóñez y Jesús Vidaña, desde el 15 de noviembre de 2005, cuando zarparon en su lancha con motor fuera de borda del embarcadero de Boca del Asadero, un punto ubicado a unos seis kilómetros al oriente de este ejido.

En una lancha de 27 pies, los tres pescadores, permanecieron perdidos en altamar por nueve meses en el Oceáno Pacífico. Ellos se mantuvieron vivos comiendo peces voladores y tomando agua de lluvia, y entre los cuales se mencionaba a Lucio. El salvamento se realizó cerca de las islas Marshall, al noroeste de Australia.

La noticia sobre el rescate causó desconcierto entre autoridades de la Sagarpa y la capitanía de Puerto de San Blas, pues los nombres de los tres náufragos no aparecen en ninguna lista de las organizaciones de pescadores cooperativistas, ni en el registro que se lleva de las embarcaciones que parten de ese punto.

El subdelegado de Pesca informó que posiblemente estos pescadores andaban navegando frente a las costas de Baja California, donde pasa una corriente marina conocida como California, que parte desde Alaska, para luego abrirse hacia alta mar, precisamente con dirección a Australia.

“Nunca perdimos la esperanza”, dijo Jesús Vidaña. En entrevista el pescador mexicano relató que una tarde salió a pescar junto con otros dos de sus compañeros.

Lo que parecía un jornada cotidiana, se convirtió en una pesadillas. “En esa tarde el viento nos llevó mar adentro y comenzamos alejarnos de nuestras lugar de trabajo, hasta perdernos”.

“En ocasiones nos dolía el estómago, porque había veces que hasta tardábamos cerca de 15 días sin comer, hubo ocasiones sólo teníamos un pato para comer los tres”, recordó.

Los pescadores mexicanos fueron rescatados por un barco atunero chino. “Ellos nos vieron primero a nosotros y nos rescataron”, comentó Lucio Rendón, luego de que varias embarcaciones los ignoraran en diversas ocasiones.

"Volvimos a nacer" se limitó a decir el sobreviviente; "esto ha sido un milagro de Dios, porque nunca perdimos la esperanzas".
Los pescadores dijeron que traían una Biblia en su lancha y se dedicaron a leerla y rezar, día a día sin perder la fe y la esperanza de que serían rescatados.

Señalaron que nunca se pelearon, "a veces discuitiamos pero nunca llegamos a los golpes", aseguraron. Para saber cuántos días habían pasado, uno de los tripulantes tenía un reloj con fecha, pero también marcaban los días en la orilla de la lancha.

Los pescadores mexicanos que naufragaron durante nueve meses, son personas con muchas ganas de vivir, pudieron adaptarse a una situación extrema, señaló Jorge Álvarez Martínez, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México y experto en víctimas de situaciones extremas.

"Estas personas manifiestan inteligencia por haberse adaptado durante tantos meses", subrayó el catedrático de la Facultad de Psicología en entrevista con el UNIVERSAL.com.mx.

“Cuando los pescadores se vieron en una situación crítica, hicieron acopio de fuerzas. Es sorprendente que la esperanza de ser rescatados los mantuvo luchando vivos y con una cordura poco usual, tal parece que la desesperación no reinó entre ellos", destacó.
Para el psicólogo quedó de manifiesto que la salud mental de los pescadores “estuvo a prueba de todo, se trata de un hecho insólito”.

Entre las recomendaciones que enumeró el experto se encuentran realizar un examen a los pescadores, “cada persona tiene reacciones diferentes como sucede con los sismos, algunas reaccionan con miedo, histeria y llanto y otras lo toman con tranquilidad”.

“Por los datos con los que contamos, establecieron una red muy solidaria para sobrevivir, se apoyaban unos a otros, platicaron sus temores y lograron sobrevivir. Seguramente hubo sentimientos de ira, desesperación y enojo, pero lo supieron canalizar”.

Para el psicólogo existe la posibilidad de que los pescadores tengan miedo de volver al mar, sin embargo "los mexicanos tienen necesidades para comer, por lo que es casi seguro que regresarán primero a su estado natal convertidos en héroes y luego al trabajo".

(“El Universal”, México)
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