Premio Cervantes 2005 fue otorgado al mexicano Sergio Pitol

4 de Diciembre de 2005
El escritor mexicano Sergio Pitol obtuvo el premio Cervantes de Literatura 2005, el más prestigioso que se concede en las letras hispanas.

El fallo del premio, dotado con 90.152 euros (105.000 dólares), fue hecho público por la ministra española de Cultura, Carmen Calvo, en un acto celebrado en Madrid.

Pitol obtuvo el galardón por haber contribuido con su obra a enriquecer el legado literario hispánico, según explicó Calvo al leer el fallo del jurado que fue presidido por el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha.

El jurado de este premio, que concede anualmente el Ministerio de Cultura español, concedió el galardón al escritor mexicano por mayoría.

La concesión del premio coincide este año con la celebración en las letras hispanas del cuarto centenario de la primera edición del Quijote de Miguel de Cervantes.

Pital ganó el Premio por haber contribuido con su obra a enriquecer el legado literario hispánico, según el jurado.

Considerado uno de los grandes escritores de la literatura latinoamericana, Pitol, nacido en la ciudad mexicana de Puebla en 1933, es un destacado cuentista, memorialista y poeta, y ha traducido más de un centenar de obras de autores como Henry James o Antón Chejov.

El jurado valoró en Pitol su tarea como traductor "importantísimo para los hispanohablantes" y destacó su doble dimensión de novelista y ensayista y su capacidad para adelantarse a lo que son "tendencias muy acentuadas en los últimos años de lo que es la novela abierta, que integra narración, reflexión y ensayo, es decir, una fusión de géneros.

Declarado admirador de Jorge Luis Borges, Juan Carlos Onetti, Alejo Carpentier y Juan Rulfo, el autor premiado aseguró vía telefónica a EFE desde su casa en Xalapa, en el estado de Veracruz, sentirse "verdaderamente emocionado porque es lo mejor que me ha pasado en la vida literaria. Es el mayor premio de la lengua castellana y el mismo nombre, Cervantes, ya lo cubre de grandeza".

Pitol ha vivido perpetuamente en fuga. Durante su larga trayectoria como intelectual fue estudiante en Roma, traductor en Pekín y Barcelona y profesor en Bristol. Luego, entró a formar parte del cuerpo diplomático mexicano y estuvo en Varsovia, Budapest, París, Moscú y, finalmente, en Praga (como embajador).

En 1973 recibió el Premio Nacional de Novela del INBA; en 1981, el Premio Xavier Villaurrutia; en 1982, el Premio Narrativa Comala; en 1984, el Premio Herralde de comedia, y en 1987, el Gran Premio de la Asociación de Cultura Europea. En 1999 le concedieron el Premio Juan Rulfo por la totalidad de su obra.

Influenciado por sus viajes, entre sus obras destacan No hay tal lugar (1967), Infierno de todos (1971), Los climas (1972), Asimetría, Cementerio de tordos (1982), Juegos florales (1985), El desfile del amor (1985), Vals de Mefisto (1989) o El arte de la fuga (1996).

Su última creación es El mago de Viena (Pre-Textos), en la que escribe sobre viajes, amigos y literatura. En sus libros, se vale de escritos autobiográficos, fragmentos de diarios, reflexiones sobre el arte, crónicas sobre la actualidad, viajes y homenajes a sus autores preferidos.

Su particular estilo de narrar, que el autor ha definido como "autobiografía oblícua", se expresa con claridad en El arte de la fuga, en el que cuenta uno de sus viajes por la Rusia de los años ochenta.

El cine, "mi ventana al mundo antes que los libros", como ha expresado, también se hace presente en su obra, cuya técnica de montaje aplica en sus descripciones.

Pitol fue propuesto por la Real Academia junto al catalán Juan Marsé, al uruguayo Mario Benedetti y al también mexicano José Emilio Pacheco.

El escritor azteca es el trigésimo primer autor que obtiene esta distinción, la más prestigiosa de las letras hispanas que se concede a un literato por el conjunto de su obra.

Instituido en 1975 por el Ministerio español de Cultura, el Premio Cervantes se concedió por vez primera al año siguiente y, según sus bases actuales, no puede ser dividido, declarado desierto o concederse a título póstumo.

Estas normas se establecieron después de que en la edición de 1979 el jurado decidiera conceder el Premio "ex aequo" al español Gerardo Diego y al argentino Jorge Luis Borges.

La española María Zambrano, galardonada en 1988, y la cubana Dulce María Loynaz, en 1992, son las únicas mujeres distinguidas en la historia del Premio.

En un acto que tiene lugar en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, la ciudad madrileña donde nació Miguel de Cervantes en 1547, el Rey Juan Carlos entrega el galardón cada 23 de abril, aniversario de la muerte del autor de "El Quijote".

El galardón le fue anteriormente conferido a figuras como Alejo Carpentier (1977), Jorge Luis Borges (1979), Octavio Paz (1981), Ernesto Sábato (1984), Carlos Fuentes (1987), Adolfo Bioy Casares (1990) y Camilo José Cela (1995).

Asimismo, dos literatos chilenos fueron premiados con el Cervantes: Jorge Edwards (1999) y Gonzalo Rojas (2003).

(ABN/ EFE)
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